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- 24/09/2019 07:00
- 24/09/2019 07:00
Latinoamérica sigue siendo caldo de cultivo para la corrupción. Y así lo percibe la gente. El 56% de los panameños piensa que la corrupción aumentó en el último año.
Entre las personas que utilizaron servicios públicos, el 18% reconoció haber pagado algún tipo de soborno para obtenerlos. El 14% incluso confesó haber experimentado extorsión sexual o “sextorsión”. Y el 23% admitió recibir ofertas de prebendas a cambio de votos.
Los porcentajes se desprenden del informe Barómetro de la Corrupción 2019 para América Latina y el Caribe, realizado por Transparencia Internacional, y que cada cierto tiempo le toma el pulso a la región en estos temas.
La muestra incluye entrevistas a 17,000 personas en 18 países de América Latina y el Caribe.
El 18% de la muestra en Panamá declaró haber pagado sobornos para adjudicarse un contrato con el Estado. Por encima están países como Perú (30%), México (34%) o Venezuela (50%). Pero el mal de muchos es consuelo de tontos. Carlos Barsallo, presidente del capítulo panameño de Transparencia Internacional, cifró en más de $10 mil millones las pérdidas por causa de la corrupción.
La percepción de sobornos en servicios públicos mejoró un poco desde la medición del Barómetro de 2017. El índice general de soborno estaba en 38% ese año y este año bajó a 18%. El índice mejoró en todas las áreas: escuelas públicas, centros de salud, trámite de documentos de identidad y servicios públicos. La única excepción fue la Policía Nacional, donde se disparó de 20% en 2017 a 29% este año.
Otro aspecto que señala el reporte sobre el caso Panamá es la práctica de la compra de votos por parte de los políticos y sus partidos, algo que “está erosionando la confianza entre los ciudadanos”.
Apuntan que a pesar de tener el ingreso per cápita más alto de la región, el Istmo mantiene importantes disparidades en igualdad y distribución de la riqueza, y que éstas condiciones crean una vulnerabilidad que luego es explotada por los políticos. Citan la compra de votos a través de partidas circuitales, regalos como alimentos, jamones navideños, materiales de construcción, etc. Además de la auditoría de Contraloría, que reveló en abril de este año la existencia de dos planillas secretas de contratos en la Asamblea.
Los niveles de corrupción, en cambio, sí se dispararon. Del 52% que pensaba que aumentó en 2019, este año pasó al 56%. En cuanto a la corrupción por institución, el puesto peor evaluado en el Barómetro es la figura del Presidente: 63% de la muestra piensa que es corrupto; el 69% piensa que los diputados son corruptos; el 49% apunta a la corrupción de magistrados y jueces y el 51%, a los empleados públicos en general. También el 32% vio corrupción en empresarios y el 20% en líderes religiosos.
Una de cada cinco personas en la región admitió haber sufrido extorsión sexual o conocer a alguien que fue víctima de esta.
Por primera vez, el Barómetro Global de la Corrupción de América Latina y el Caribe, que divulga Transparencia Internacional, muestra que una de cada cinco personas sufre extorsión sexual al intentar acceder a un servicio público, entre ellos atención médica o educación.
Los datos también indican que el 71% de las personas considera que la extorsión sexual se produce, cuando menos, en forma ocasional.
Para el caso de Panamá, el 6% de la muestra experimentó extorsión sexual en alguna medida durante los últimos doce meses. Un 3% de ellos “bastante seguido”. Cuando se amplía la muestra a personas de su entorno, aumentaba a 14%.
La extorsión sexual implica el chantaje para obtener favores sexuales a cambio de algo.