El colapso de un crecimiento urbano desordenado: el caso de Panamá Oeste

Actualizado
  • 15/04/2023 00:00
Creado
  • 15/04/2023 00:00
Las declaraciones, debates y comentarios en redes sociales han sido abundantes en plantear las causas, y lo que es más interesante, los conceptos relacionados con la crisis urbana de Panamá Oeste
Esta imagen satelital muestra con claridad el desarrollo de bajas densidades, disperso y desconectado que se ha ido construyendo como resultado de un desarrollo desregulado y con ausencia de instrumentos de gestión territorial. Este modelo dificulta la planificación de la infraestructura al no poder evaluar el impacto acumulado de los desarrollos urbanísticos individuales.

La planificación urbana está en boga. Tanto autoridades como ciudadanos han coincidido en que la crisis social que estalló hace dos semanas por los problemas de abastecimiento de agua en Panamá Oeste –pero que de paso, sufren muchas comunidades del país–, tiene como componente principal el tema de la ausencia de instrumentos de planificación urbana y de autoridades que efectivamente realicen un ejercicio de gestión del territorio que vaya más allá del trámite de permisos de construcción.

Las declaraciones, debates y comentarios en redes sociales han sido abundantes en plantear las causas, y lo que es más interesante, los conceptos relacionados con la crisis urbana de Panamá Oeste. Responsables de entidades como el Miviot, Idaan, diputados de la Asamblea, entre otros, coincidieron en que el Miviot debe dar respuesta a la problemática desde la construcción de los instrumentos de gestión del territorio. Otros temas en la discusión señalan que existe, efectivamente, una brecha entre la demanda y la oferta de la infraestructura pública, y que el mecanismo de la ventanilla única es un mecanismo poco efectivo para cumplir su función de determinar si a un proyecto urbano formal puede o no otorgársele un permiso para su construcción.

Por parte de los moradores, el reclamo se puede sintetizar en las declaraciones de una moradora de la urbanización Costa Oeste que señalaba, “llevamos 3 y 4 años de esta situación. Si vamos a tener que aceptar una sectorización, así mismo que se realicen los ajustes a las mensualidades. Que si vamos a tener agua un 30%, entonces que la mensualidad sea de un 30%. Suben y venden cosas infladas. Son casas de alto nivel, con agua 24/7... y aquí vivimos en una 'choza de concreto', porque esto pasa en los lugares como los precaristas”.

Hay una parte del debate y de las declaraciones en las que se hace especial énfasis en si la culpa de esta crisis del acceso al agua, es de las urbanizaciones formales o de los asentamientos informales que se conectan ilegalmente al sistema de agua potable que administra el Idaan. En la Asamblea, la discusión se centró en tratar de definir, ¿a qué se considera un asentamiento informal y cuál es el mecanismo que se debe utilizar para darle respuesta a sus demandas por agua potable una vez el asentamiento aparece?

En este mapa de barrios con acceso a agua 24 horas y de áreas de expansión se puede visualizar, cómo los barrios del centro urbano de La Chorrera y Arraiján tienen acceso al agua 24 horas en el 90% de las viviendas, mientras que a medida que los barrios en la periferia, reportan que solo entre el 20 al 60% de las viviendas tienen acceso al agua 24 horas. El mapa también detalla en rosado (barrios formales) y rojo (asentamientos informales), las áreas de expansión urbana entre 2011 al presente
¿Qué pasó en Panamá Oeste?

La pregunta que surge de todo este caos y debate sobre el crecimiento urbano en el sector de Panamá Oeste, es ¿qué pasó? Y, ¿cómo se llegó a esta crisis? A continuación, creo necesaria la reflexión a partir de algunos datos. En primera instancia, el desarrollo urbano de Panamá Oeste se dio sin instrumentos de planificación urbana. Hasta el momento solo existe el Plan Normativo de La Chorrera, aprobado por la Resolución 15/86 del 24 de febrero de 1986, hace 37 años. En el caso de Arraiján, no hay ningún instrumento de planificación.

Sin un plan que estableciera las áreas a desarrollar y la programación de inversiones que debían realizarse para que este crecimiento se diera, la generación de vivienda y el desarrollo urbano en general se fundamentan legalmente en el Reglamento de Urbanizaciones, vigente desde la década de 1940, y recientemente actualizado mediante el Decreto Ejecutivo 150 del 16 de junio de 2020. El otro instrumento es la Resolución 732-2015 del 13 de noviembre de 2015, que establece los requisitos y procedimientos para la elaboración y tramitación de los planes y esquemas de ordenamiento territorial (EOT).

La evidencia del resultado de estos dos mecanismos sobre los cuales se ha dado el desarrollo urbano en Panamá Oeste se visualizan al mapear la evolución en la construcción de las urbanizaciones entre 2011 al presente. Este mapeo permite determinar que desde 2011 se han incorporado como suelo urbano, con distintos fines, unas 7.200 hectáreas en los distritos de Arraiján y La Chorrera. Unas 4.123 hectáreas (57,2%) corresponden a desarrollos inmobiliarios formales; 1.785 hectáreas corresponden a la ampliación del Canal (24,8%), 540 hectáreas a asentamientos informales (7,5%) y 433 hectáreas a canteras (6%).

Los datos también nos dicen que en el distrito de La Chorrera, el 78% del suelo urbano de expansión desde 2010 a la actualidad corresponde a urbanizaciones formales, mientras en el distrito de Arraiján este tipo de desarrollo corresponde al 46%. Por el lado de la expansión por asentamientos informales, de las 540 hectáreas identificadas, el 65% se encuentran en Arraiján.

En cuanto al acceso al agua, utilizamos los datos de la pregunta que hace referencia a si en la vivienda hay acceso al agua 24 horas, que viene en el censo de población de 2010. Los resultados confirman el tema de la desigualdad en acceso en función del ingreso. En los barrios en donde hasta el 60% de la población declaró no tener acceso al agua 24 horas, el rango de ingresos promedio mensual de la vivienda está entre los $455 y $900. En aquellos barrios donde sí hay acceso 24 horas al agua, el ingreso es de $1.100 mensuales. El 94% de la población en este rango de viviendas sin acceso al agua 24 horas se concentraba en asentamientos informales.

El acceso a la información es un elemento clave en esta crisis. Tanto ciudadanos como entidades que son parte de la ventanilla única, están imposibilitadas de poder visualizar, evaluar y analizar si las demandas de infraestructura por parte de los urbanizadores pueden ser llenadas por la oferta existente. Los ciudadanos que quieren comprar las viviendas, por su parte, no tienen forma de evaluar si las áreas donde deciden o logran adquirir sus viviendas van a tener acceso a servicios básicos en el futuro cercano.

Por el lado de la planificación urbana, urge un plan que establezca las áreas a desarrollar y la programación de inversiones que deben realizarse para que pueda cerrarse la brecha entre la infraestructura y la demanda del crecimiento urbano. La crisis climática exacerbará los problemas de escasez de agua, y por ese lado las autoridades deben impulsar medidas que hagan más eficiente el uso del agua desde los hogares, estableciendo incentivos y apoyo para hacer la transición hacia modelos más sostenibles. Al parecer, la planificación urbana podría seguir de moda una larga temporada.

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