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Al conmemorarse los cien años del Movimiento Inquilinario del 10 de octubre de 1925, el Dr. Hernando Franco M, en su libro titulado Blázquez de Pedro y los orígenes del sindicalismo panameño, nos dice: “En el mes de junio, es decir seis meses después de fundado el Sindicato General de Trabajadores, sale a flote en la ciudad de Panamá el viejo problema de las casas de alquiler que afecta a miles de panameños. Las masas inquilinarias comienzan a organizarse para luchar contra los casateniente y para ello se organiza la Liga de Inquilinos y Subsistencia. Esta liga se integró como parte del Sindicato General de Trabajadores, el cual le correspondió el papel de vanguardia del movimiento. El objetivo principal de la liga fue el de luchar por mejorar las condiciones de vida de la población inquilinaria, así como lograr una rebaja en el costo de los alquileres...”.
Al recordar parte de los hechos acaecidos el 10 de octubre de 1925, le rendimos tributo a todos los luchadores que ofrendaron sus vidas, aquellos que fueron heridos y a todos los que lucharon por el derecho a la vivienda y desde luego al pueblo panameño que sufrió la humillación, el ultraje y la vergüenza que el gobierno nacional pidiera la intervención del ejército estadounidense a nuestro país, quienes se acantonaron en el histórico Parque de Santa Ana.
Los nombres de Gabino Sierra Gutiérrez, Diógenes de la Rosa, Samuel Casis, entre otros dirigentes del gran Movimiento Inquilinario, las y los trabajadores panameños honramos su compromiso y su lucha en defensa del derecho a la vivienda. Recordar a quienes fueron asesinados entre los que están Emilio Olivardía, Ferdín Jaén, Marciano Mirones, Lorenzo Broum, que fue el cuarto muerto, hubo otros que producto de las heridas murieron posteriormente. A todos ellos nuestra gratitud .
Luego de los sucesos del “10 de octubre, el gobierno estaba débil, sin fuerzas, para enfrentarse a un pueblo que estaba dispuesto a luchar por sus derechos y también por sus muertos ...”. “El gobierno vislumbró el peligro, reconociese impotente e invoca para humillación perenne el vergonzoso Artículo 136 de la Constitución, cuyo contenido rezaba así: Artículo 136”: “El Gobierno de los Estados Unidos de América podrá intervenir en cualquier punto de la República de Panamá para restablecer la paz pública y el orden Constitucional, si hubiere sido turbado, en el caso de que por virtud de Tratado Público, aquella nación asumiere, o hubiere asumido, la obligación de garantizar la independencia y soberanía de la República”.
“En la mañana del 12 de octubre, el General Williams Lassister lanzó a las autoridades y al pueblo de Panamá, desde su Cuartel General de Balboa Heights, una proclama de cinco puntos entre los cuales está:
1. El general en jefe del Departamento del Canal de Panamá, el ejército de los Estados Unidos a petición del Gobernador del Canal y en virtud del artículo 7o, del Tratado del Canal de Panamá ha ordenado al Mayor general C. H. Martín del ejército de los Estados Unidos, asumir el servicio de Policía de la ciudad de Panamá y los territorios y puertos adyacentes a ella y mantener allí el orden público.
2. El general Martín ha recibido instrucciones de emplear las fuerzas armadas de su mando para mantener la paz y el orden público en el territorio. Ha recibido también instrucciones de informar al jefe de la Policía de Panamá que los servicios de la policía panameña, en la ciudad, quedan suspendidas hasta nueva orden, exceptuando a los agentes que deban emplearse para la protección de la cárcel pública o para cualquier otro propósito en el que él decida utilizarlos”.
3. El general Martín hará arrestar y llevar ante las autoridades competentes, para ser juzgados, castigados a todas las personas que desobedezcan ordenes, perturben la paz o sean acusados de violar las leyes de la República de Panamá, las órdenes y acuerdos de la municipalidad , los reglamentos y disposiciones de sanidad . En la ejecución de las órdenes que se le han impartido, el general Martín no intervendrá con las leyes comunes y civiles de la República de Panamá que afectan al pueblo en sus relaciones corrientes o con la debida administración...”.
A los cien años del Movimiento Inquilinario, quienes gobiernan hoy nuestro país han firmado un memorándum de entendimiento que establece bases militares en nuestro territorio. Lo que se dio en 1925, hace cien años, y con el ejemplo de todas las y los luchadores del siglo 20, mantenemos en alto la demanda de más de cien años planteada por los mártires de enero de 1964: Bases no.