Concesionaria Madden Colón llevó a cabo un simulacro de accidente sobre la autopista como fase final del Curso de Formación de Brigadas de Emergencias,...
- 03/09/2008 02:00
Personalidad débil
Una de las causas de los malos resultados de los estudiantes según el informe PISA es su falta de voluntad y de esfuerzo en la constante tarea de aprender. Dicen los especialistas que la voluntad debe ser fomentada especialmente en los diez primeros años de la vida. Si en esa etapa no se ha conseguido una disciplina educativa de la voluntad, después todo será más costoso.
Se puede llegar a la imagen del niño mimado, que es como un muñeco de las circunstancias, traído y tiraneado por la Filosofía del “me apetece”. Por ese camino se llega a una persona caprichosa y apática, incapaz de proponerse metas y llevarlas a cabo.
Uno de los factores que más deterioran la voluntad es la televisión. Su influencia es nefasta, pues fabrica jóvenes pasivos, que se dejan llevar por la imagen sin ningún espíritu de lucha. Otro efecto negativo de la televisión es que cuando el chico no tiene un espíritu crítico termina por no distinguir el bien del mal y lo positivo de lo negativo. Se le ha llamado a la televisión el nuevo y moderno deseducador.
Todos tenemos más o menos definido un proyecto personal de vida con sus argumentos y motivaciones, que tratamos de llevar adelante con una voluntad adiestrada en pequeños ejercicios. La persona con poca voluntad no logra alcanzar sus objetivos y fácilmente se desvía de su proyecto personal. Se olvida de su obligación para escoger lo que le apetece.
Una voluntad débil deja su influencia negativa en cuatro espacios de su vida: 1. Una personalidad débil con falta de estabilidad y equilibrio interno; 2. Una vida matrimonial inestable, porque no sabe ceder ante el otro, no suele pensar en los demás y no valora el sacrificio gustoso y escondido para crear un ambiente familiar exigente y alegre; 3. La vida profesional puede quedarse en un nivel de mediocridad; y 4. La cultura se irá reduciendo a vivir de espaldas a cualquier curiosidad intelectual.
Los perdedores y los triunfadores no se hacen en un día. Los perdedores llagan a ese estado después de años de dejadez, abandono y desidia. Mientras que los triunfadores saben hacer en la vida ordinaria lo que se han propuesto cada día, con determinación y esfuerzo.