• 18/09/2008 02:00

Que no te pase lo de Navarro

El bochornoso espectáculo que recientemente brindó el Partido Revolucionario Democrático —PRD— en sus primarias nos demostró su verdader...

El bochornoso espectáculo que recientemente brindó el Partido Revolucionario Democrático —PRD— en sus primarias nos demostró su verdadero rostro.

Después de un portentoso despliegue de medios que nos restregaron en la cara, nos mandaron a la cama la noche del 7 de septiembre con la noticia de que la Lady de la Revolución ganaba las primarias con una ventaja que rondaba el 10% sobre su principal competidor.

Sin embargo, resultó que la diferencia “real” estaba por el 4%; situación que ha levantado una tremenda suspicacia y toda clase de historias tétricas en relación al proceso electoral.

No tengo pruebas de ningún hecho fraudulento en las elecciones, así que tengo que dar por buenos los resultados dados por el PRD; pero, aún así me parece que Juan Carlos Navarro fue víctima de las tradicionales prácticas oscuras perredistas, acabando con sus aspiraciones presidenciales.

Si lo analizamos con detenimiento, pareciera que Navarro fue víctima de un proceso estructurado que se viene gestando hace tiempo.

Hace cerca de un lustro se nos hizo creer que Juan Carlos Navarro declinaba en sus aspiraciones para 2004 en favor de Martín Torrijos, con el compromiso de que el actual presidente lo apoyara en sus aspiraciones para 2009; está claro que si ese compromiso existía nunca fue honrado.

El siguiente paso fue cuando Balbina Herrera se desdecía del apoyo que le había dado a Navarro en sus aspiraciones, con la excusa de que “a Juan Carlos le había pasado un tren”; los números han demostrado que el tren que le pasó a Navarro era de juguete, porque sus números resultaron bastante similares.

Luego vino el bombardeo mediático; las encuestas ponían a Herrera muy arriba y al alcalde bien lejos abajo de ella.

Los sondeos de opinión resultaron un arma para influir en el electorado, que junto con una jauría de “politólogos” y “analistas de mercado”, nos vendieron que Balbina era un fenómeno, idea errónea a la luz de los hechos.

Hubo otras maniobras más, pero la estocada final fue el día de la elección, cuando el Comité de Elecciones comunicaba que Balbina ganaba por un 10%.

No hace falta ser un genio para saber que al decirle a los miembros de la campaña de Navarro a las siete de la noche que perdían de esa manera, descuidaron el trabajo de verificar resultados; actitud que no habría sido igual si los resultados que dieron hubiesen sido más acertados.

Supongo que Juan Carlos Navarro, siguiendo la “línea”, no se defenderá de este abuso; pero esto es un aviso para que la oposición “ponga sus bardas en remojo”, ya que si los del PRD así se tratan entre ellos imagínense lo que serán capaces de hacer con los adversarios.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus