• 26/10/2008 03:00

Elecciones: manipulación de cifras

El lunes, un organismo latinoamericano, la CEPAL, entregó al gobierno un estudio que afirma que la pobreza y la extrema pobreza en Panam...

El lunes, un organismo latinoamericano, la CEPAL, entregó al gobierno un estudio que afirma que la pobreza y la extrema pobreza en Panamá han disminuido entre 2001 y 2007, y que el desempleo ha disminuido a 6.3%. Me atrevo a asegurar que estas cifras de pobreza y empleo no las cree la mayoría de los panameños.

En las comarcas indígenas, 95 de cada 100 indígenas son pobres y 89 de ellos son extremadamente pobres, pero allí existen las tasas de desempleo más bajas; de 1, 1.5 y 2 por ciento. Es ridículo. Ello es porque la mayoría de los indígenas trabajan su pedazo de tierra y cuando los encuestan le preguntan si están trabajando. Por supuesto que están trabajando. Torrijos le atribuye a la Red de Oportunidades este logro al entregarles 30 balboas (ahora 50 balboas) a las familias más pobres.

La información conocida hasta ahora no nos dice si la comparación se hizo en todos los años del período 2001-2007 o solamente en el primero y último año, en el 2001 y el 2007. Si es el primer caso, los “logros” debe compartirlos Martín Torrijos con Mireya Moscoso, quien era presidenta en el 2001, por lo que el arnulfismo no habría sido tan malo.

Si es el segundo caso, la mejoría pudo darse solamente en el último año, con los 50 balboas de la Red de Oportunidades, un programa de subsidio temporal, utilizado políticamente por el PRD, de lo cual la CEPAL nada dice.

En cuanto al empleo, la mayoría de los panameños sabemos que la mayor cantidad de empleos que se han generado son empleos informales, y que, como me decía un economista, la propia CEPAL ha reconocido que este tipo de empleo recibe muy bajos ingresos.

El estudio define un “pobre urbano” como aquel que recibe 95 balboas y menos al mes. Una familia de 5 personas tendría que recibir un ingreso mensual no menor de 475 balboas al mes. Preguntemos cuántas familias tienen estos ingresos mensuales, cuando sabemos que el salario mínimo es de unos 325 balboas, que en la mayoría de las familias sólo trabaja una persona, y que, además, una parte importante corresponde a madres solteras. El “pobre del campo” es aquel que recibe 64 balboas y menos al mes.

Como vemos, hasta en los pobres hay diferencias sociales. Es decir, la gente del campo, al parecer, requiere menos dinero para obtener lo mismo que la gente de la ciudad. Pero, todos sabemos que en el interior los bienes alimenticios, por ejemplo, son más caros que en la ciudad. El tanque de gas, que está subsidiado, es hasta 5 balboas más caro en el campo que en la ciudad. Así podemos mencionar el arroz, los frijoles, la carne y todos los demás productos alimenticios.

Lo cierto es que la CEPAL vino a darle un espaldarazo político al PRD, pocos meses antes de las elecciones presidenciales. Por ello es que estos organismos internacionales terminan desprestigiándose. Recordemos que el BID fue uno de los más fervientes defensores de la ampliación del Canal, supuestamente, basado en estudios “científicos”. Ya nos hemos dado cuenta de que su conducta científica radicaba en los $400 millones que le va a prestar al gobierno panameño (aunque insisten que es a la ACP) para financiar la ampliación.

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