• 30/12/2009 01:00

¿Habrá cama para tanta gente?

Los rumores aumentaban. Anteriormente un grupo de sus miembros había dado el salto a Unión Patriótica; y, finalmente, se cumplió la crón...

Los rumores aumentaban. Anteriormente un grupo de sus miembros había dado el salto a Unión Patriótica; y, finalmente, se cumplió la crónica de una deserción anunciada: el Comité Ejecutivo de Molirena acordó abandonar a Juan Carlos Varela.

Supuestamente, en los partidos la máxima autoridad es la Convención o el Congreso Nacional y la del Molirena, varios meses atrás, selló su alianza, “hasta las últimas consecuencias” con el panameñismo y el respaldo a su candidato. Pero en la politiquería criolla las estructuras partidarias son cualquier cosa, menos ejemplos de democracia. Y lo ocurrido en Molirena vuelve a comprobarlo: 20 miembros de su CEN, movidos por 3 ó 4 de sus máximos dirigentes (entiéndase dueños), orquestó una reunión y aprobó cambiar la decisión de la Convención. Con posterioridad, nadie lo duda, reunirán a los convencionales para que “ratifiquen los hechos consumados” y Molirena, al menos su dirigencia, amarrará su suerte a CD o, mejor decir, a Martinelli. En el panameñismo un grupo de “dirigentes” promueve una movida parecida y gestiona reunir al directorio de ese partido para “montar el brinco”. Tanto a “los dirigentes molirenas” como a los panameñistas que promueven “la deserción” los motiva el mismo propósito: no quedar fuera de “la papa” que presumen repartirá Martinelli. En Molirena lograron su objetivo; en el panameñismo no lo veo posible y, por consiguiente, las deserciones serán individuales.

“Estas movidas estratégicas”, que no son otra cosa que “descarado oportunismo”, han traído sus secuelas: entre los llamados “patrióticos” ha cundido el nerviosismo, pues temen perder la Vicepresidencia que, según dicen, les prometió Martinelli, cuando “sellaron con sangre” su alianza “hasta las últimas consecuencias”; los molirenas, bien entrenados en esas técnicas, ya comenzaron a dar codazos para desplazar “competidores” y lograr “la mejor tajada, sin descartar la Vicepresidencia”; y otros eventuales desertores también se aprestan “para participar en el reparto” de altos cargos, candidaturas para diputados, al Parlacen y “otros beneficios colaterales”. Como en los casos de estas alianzas, motivadas por la ambición, esas luchas no presagian nada edificante. Sólo es cuestión de esperar, pues, como dice una conocida melodía popular: “¡No hay cama para tanta gente!”.

La otra secuela de la deserción del Molirena y otras que pudieran producirse, es que pondrá a prueba a Varela. El golpe recibido lo obligará a cambiar su estrategia original, pero, sobre todo, a demostrar “si tiene condiciones para el liderazgo político”. Ganar las primarias fue una cosa, pero enfrentar una campaña en las condiciones actuales es otra. Verse libre de aliados de dudosa lealtad podría ayudarle. En su caso, tal vez, valga aquello de que “es mejor solo que mal acompañado”.

-El autor es candidato independiente. juanmanuelc@cwpanama.net

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