• 24/01/2009 01:00

Calumnia e injuria a Martinelli en la Internet

La Internet se ha destacado por la posibilidad que ofrece a todos de expresarse con gran libertad, de manera fácil, barata y cómoda; sin...

La Internet se ha destacado por la posibilidad que ofrece a todos de expresarse con gran libertad, de manera fácil, barata y cómoda; sin embargo, esta libertad y el anonimato que aporta muchas veces la Red, ha contribuido a que se lleven a cabo conductas tan poco lícitas y molestas como la emisión de mensajes injuriosos y calumniosos contra otras personas. En este sentido, ahora que estamos en el calor político, he podido apreciar el cúmulo de correos electrónicos no deseados — SPAM —, cuyo objetivo es atacar algunos candidatos a puestos de elección popular, destacándose el ataque que hacen algunas personas — escondiéndose en correos electrónicos creados fraudulentamente — al candidato presidencial Ricardo Martinelli.

Al analizar estos hechos en contraste con las normas referentes a los delitos contra el honor de la persona natural — injuria y calumnia — contenidas en el nuevo Código Penal, observo que la acción realizada en el envío masivo de estos correos electrónicos — versión evolucionada del correo común — encajan claramente en el tipo penal de un delito de esta naturaleza, la cual es agravada o mayormente penalizado si se utiliza un sistema informático, así como también denoto la existencia de otros delitos, destacándose los que atentan contra la inviolabilidad del secreto y el derecho a la intimidad. No obstante, estos ataques a Martinelli, que tienen la connotación de un hecho ilícito, el mismo ha sido tomado por alto de Martinelli por el hecho que podría pensarse que eso lo tiene sin cuidado, que más bien podría ser tomado como una fortaleza, pues, eso significa que él es importante, que le tienen miedo, que es el posible ganador, y que además sirve como publicidad indirecta, tal como enseñan las modernas teorías de la comunicación, aunado a que podría pensarse que los correos electrónicos que se envían son muy inferior al universo de electores que no tienen una computadora, que no tienen acceso a la Internet o que simplemente no les llegan estos mensajes.

Aun así, somos de la opinión que a este tipo de actuaciones hay que ponerle mucho cuidado, porque no es posible que un grupo de personas se dediquen a ofender la honra y dignidad de una persona sin decoro y reparo alguno, y que todo quede como si nada hubiese pasado, porque de no existir un debido control — prevención y persecución de estos delitos — estamos ante el inicio de una anarquía delincuencial informática, donde cualquiera puede mancillar la dignidad de otro, como ya viene sucediendo harto conocido en nuestro medio, contrario a lo que sucede en países con legislaciones más avanzadas, tal como ocurre en España, donde ya es común observar a personas enfrentarse a los tribunales de justicia como consecuencia de usar esta mala práctica de destruir la honra de las personas a través de la Internet.

-El autor es abogado.nanchy@hotmail.com

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