• 13/05/2009 02:00

El entierro de la sardina populista

En las democracias modernas (desde 1960), los líderes democráticos apuestan al balance de los poderes, para de esta manera, entregarle a...

En las democracias modernas (desde 1960), los líderes democráticos apuestan al balance de los poderes, para de esta manera, entregarle al pueblo lo que por ley les corresponde, el mejor Estado de Derecho.

En Panamá, el tres de mayo pasado, el pueblo panameño se puso de acuerdo, en más de un 60%, y le entregó un mandato expreso a nuestro presidente, que ejercerá del 2009 al 2014. Ricardo Martinelli es el primer presidente elegido con ese alto nivel de aprobación, lo que permite pensar que una nueva república se vislumbra.

En frente se encuentra el mandato del 40% y allí incluimos al ex presidente Guillermo Endara. El PRD tiene la obligación moral de apoyar el cambio del pueblo de Martinelli, porque el pueblo votó por él (RM) en un alto por ciento.

Podríamos pensar en Canadá o el Reino Unido, en donde oposición y gobierno siempre se ponen de acuerdo, sobre los grandes ejes de la política nacional. Incluso en Gran Bretaña siempre está formado un gobierno “sombra”, que actúa en la oposición frente a “Dowing”, esto funciona y hasta calma los nervios y los ánimos!

Si esto ocurriera en Panamá, Balbina Herrera no tendría gente para formar el gobierno paralelo al de Ricardo Martinelli, porque ella pertenece a otra camada, razón por la que tiene que renunciar a sus aspiraciones hasta el primero de julio del 2014. Fundamento lógico: el 60% de los votos de los panameños fueron en contra de ella y a favor de Ricardo Martinelli. Balbina Herrera quedó inhabilitada por el pueblo mayoritario.

El objetivo es encontrar un equilibrio entre el gobierno y la oposición para que las cosas funcionen mejor. Se puede hasta pensar que un candidato presidencial que perdió por un 60% no pueda presentarse en el siguiente periodo (2014- 2019), ni dirigir la oposición por haber sido “archi ballotée” por el pueblo. Así como ya los panameños aprobaron que no puede reelegirse. Exhortamos al Tribunal Electoral a que tome nota de esto.

Balbina Herrera creó animadversión con el presidente electo y por ello se inhabilitó para dirigir la oposición. Pienso que dadas las circunstancias del momento político en Panamá, la oposición panameña debe ser liderizada por los dos ex presidentes Guillermo Endara y Ernesto Pérez Balladares, pues ambos ya tuvieron el mandato del pueblo y la experiencia anhelada para desempeñar ese papel.

El cambio también debe darse en las filas del PRD, ajustándose al veredicto del 60% del pueblo panameño que rechazó a Herrera y aprobó a Martinelli. Si ella no renuncia y no cede la plaza al que por lógica democrática y experiencia debe ocuparla, las bases de su partido deben pensar en su entierro, como el de la sardina del miércoles de ceniza, porque una nueva época ha nacido en nuestro Panamá del siglo XXI y los PRD no pueden bloquearlo ni sacrificar más a nuestro pueblo.

-El autor es empresario de la Zona Libre.periodistas@laestrella.com.pa

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