• 01/10/2009 02:00

Honduras con dos presidentes

Desgraciadamente ver lo que sucede en Honduras, donde un presidente depuesto por un gobierno de facto, regresa a su patria, refugiado en...

Desgraciadamente ver lo que sucede en Honduras, donde un presidente depuesto por un gobierno de facto, regresa a su patria, refugiado en la Embajada de Brasil, donde es asediado, atropellado, sin agua, luz, sin comida, viviendo con gases tóxicos y radiación, con todo el apoyo de la OEA y la ONU, pero sin ninguna posibilidad de que vuelva a la Presidencia, hoy tomada por Micheletti, me recuerda la novelesca veracidad latinoamericana de Macondo.

Tal como ocurrió en Panamá, con el escondite de Noriega y en Perú con la toma de la residencia del embajador japonés, el gobierno de facto de Honduras acosa con ruido y luces a Zelaya.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos exige al gobierno de facto de Honduras detener un “ operativo “ contra la Embajada de Brasil, dado que los militares que mantienen rodeada la sede diplomática difuminaron un gas tóxico causando malestar y vómitos a sus ocupantes. Después de varios días encerrado en la Embajada de Brasil, Zelaya, quien solicitó la intervención urgente de la Cruz Roja Internacional, hace un llamado a la “ resistencia “ del pueblo y exigió su regreso al poder como condición previa necesaria para el inicio de un diálogo con los golpistas.

Micheletti afirma que está dispuesto a participar en conversaciones bajo mediación sobre el actual impasse político, siempre y cuando la negociación se base en ir a elecciones el próximo 29 de noviembre, escoger a un nuevo presidente y entregar el poder el 27 de enero. Zelaya asegura que permanecerá en la Embajada de Brasil hasta que se revierta el golpe de Estado.

En fin, dos posiciones encontradas, nuevamente en Latinoamérica se imponen la fuerza y la estupidez de un político fascista, sobre la racionalidad democrática, avalada por votos de la colectividad hondureña, que se ve encausada a un sangriento enfrentamiento civil, todo por la democracia y la paz, que tanto es enajenada en nuestro continente.

*Economista.elamphrey@hotmail.com

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