• 02/11/2009 01:00

Tanto esfuerzo, ¿para qué?

Un universitario se mata para culminar la carrera de ingeniero con resultados excelentes. Consigue el título y un premio especial. Pasan...

Un universitario se mata para culminar la carrera de ingeniero con resultados excelentes. Consigue el título y un premio especial. Pasan los meses, y nadie le contrata. Al final se resigna a aceptar un aburrido trabajo como archivero de una biblioteca. Tanto esfuerzo, ¿para qué?

Una joven lucha día tras día para conquistar el corazón de un joven. Después de años de diálogos, cartas, citas, llega el gran momento de la boda. A las pocas semanas, ella descubre que su esposo vive solo para sí, que es perezoso, que la había engañado. Tanto esfuerzo, ¿para qué?

Un deportista hace cientos de ejercicios y acepta dietas muy exigentes. La disciplina ha desarrollado sus fuerzas físicas y le ha dado esperanza para conquistar medallas en las próximas semanas. Pocos días antes de participar en un campeonato sufre un accidente y su pierna derecha queda dañada para siempre. Tanto esfuerzo, ¿para qué?

La vida humana es una sucesión de trabajos y de luchas por conquistar nuevas metas. Sin objetivos nadie haría nada. Pero cientos de imprevistos malogran muchos sueños y hacen inútiles los mejores esfuerzos de tantos y tantos hombres y mujeres del planeta.

Es cierto, no hay que ser pesimistas, que muchos logran sus objetivos y que también llegan a disfrutar por meses, por años, sus conquistas. Pero los “ vencedores ” tienen que reconocer que, tarde o temprano, todo termina en esta tierra frágil.

Solo hay un esfuerzo que vale la pena y que produce siempre “ beneficios ” seguros: el que hacemos para amar a Dios y a los hermanos. Lo demás es siempre inseguro y, muchas veces, engañoso.

Vale la pena todo esfuerzo hecho para crecer en el amor, también a través de estudios y trabajos costosos, no siempre confortantes, pero que valen la pena más allá de los fracasos si han surgido desde el amor y hacia el amor.

*Sacerdote y filósofo. Roma, Italia.fpa@arcol.org

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