• 03/08/2010 02:00

Tiempo, espacio, lugar

N o sé quién se lo enseñó, la verdad nunca nos decía de dónde eran esas expresiones que usaba y que muchas encerraban mucha filosofía. Q...

N o sé quién se lo enseñó, la verdad nunca nos decía de dónde eran esas expresiones que usaba y que muchas encerraban mucha filosofía. Quizás las oyó de su abuela, de sus padres que eran educadores, quizás las leyó, o pueden ser de su propia inspiración. Lo cierto es que todos aprendimos mucho con esas pequeñas y expresivas frases de Omar Torrijos Herrera. ‘Quien más consulta, menos se equivoca’, ‘el que da cariño, recibe cariño’, ‘de pie o muertos, nunca de rodillas’ son las más frecuentemente recordadas. Todas encierran grandes verdades, lecciones para políticos y ciudadanos en general.

Sin embargo, la mayor enseñanza de Omar a mi formación fue su filosofía en torno a tiempo, espacio y lugar. Recuerdo como nos explico que en la vida había que aprender a conjugar esos elementos, todo dependía —decía— del tiempo, el espacio y el lugar. Cuántos políticos hoy aún cometen el error de confundir tiempos, espacios y lugares. Hoy, ejemplo, vemos todavía a funcionarios un año después de iniciada su gestión culpando administraciones anteriores por su ineficiencia, sin comprender que los ciudadanos ya esperan los resultados de ellos y no juzgar a anteriores.

Los cambios necesarios por efecto de cambios de tiempo, espacio y lugar, son evidentes. No podemos aspirar a mantener estáticos elementos que el tiempo nos obliga a cambiar. De igual forma, cada lugar requiere soluciones distintas y tratar de generalizar solo nos lleva a errores mayores.

El actual gobierno está pagando un precio alto hoy día por no manejar correctamente los elementos de tiempo, espacio y lugar. Cambiar el ITBMS de 5% a 7% en momentos en que la economía personal por el aumento de salario y las condiciones de los costos de la canasta eran buenas parecía no perjudicarlos, pero meses después con un aumento en los costos de combustible, aumentos por trasladar los aumentos salariales al consumidor, el 7% se convirtió en el detonante que sacó de su hipnosis al pueblo, encantado desde la campaña por las cuñas y promesas del entonces candidato, que ahora despierta a su cruda realidad. Los programas iniciados han ido de problema en problema, desde el 100 a los 70 hasta la reforma a la educación. Por otro lado, lo más importante, transporte, seguridad y costo de la canasta básica, igual o peor que antes.

Tiempo, espacio, lugar. Los que ayer parecían buenos para ministerios y entidades, hoy son cuestionados por su incompetencia. Lamentablemente, la incapacidad e ineficiencia del equipo está arrastrando hacia abajo la popularidad del presidente, aun cuando hay que reconocerle a él su dedicación, compromiso y esfuerzo. Inicialmente la popularidad del presidente mantenía arriba igualmente a su equipo, hoy, a su equipo le cuesta popularidad al presidente.

Los torrijistas sabíamos que al final lo más importante era el tiempo. Si bien es cierto que la base del PRD, las capas populares, se volcaron en contra del partido y eligieron al candidato del cambio, el tiempo devolvería a esas bases su realidad. Hoy, tras ver las compras directas, los negociados, la selectividad de la lucha contra la corrupción, donde los casos del gobierno actual son disminuidos, mientras se busca notoriedad con casos del pasado, cancelación de concesiones, las confrontaciones con periodistas, medios y sociedad civil en general, el pueblo despierta. Cierto que habrá que esperar cuatro años más, pero nuevamente serán las izquierdas y el PRD los que busquen y logren el apoyo y respaldo de ese pueblo.

‘Solo el pueblo salva al pueblo’, la consigna que por décadas usaban las clases populares, vuelve ahora a recibir fuerza. El PRD, nacido de las mismas entrañas del pueblo, mezcla policlasista y de pluralismo ideológico, tiene que aprovechar su reingeniería, entender el concepto nuevo del tiempo, espacio y lugar, proyectarse organizado y eficiente para escoger los mejores candidatos a los distintos puestos de elección en el 2014. El presidente Martinelli, por su parte, enfrenta una situación delicada de tener que hacer ajustes en su gobierno, aceptar el fracaso de algunos inclusive allegados y reemplazarlos para gobernar, como prometió, con los mejores panameños. Su capacidad, intención y esfuerzo es innegable, su equipo le ha fallado. Es ahora necesario ajustar el equipo. Omar lo hubiese hecho, problemas de tiempo, espacio y lugar.

*INGENIERO Y ANALISTA POLÍTICO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus