• 04/10/2010 02:00

Realidades de nuestra sociedad

D urante una charla con algunas jóvenes, comentaba sobre los hechos ocurridos en nuestra sociedad. Por un lado tenemos adolescentes que ...

D urante una charla con algunas jóvenes, comentaba sobre los hechos ocurridos en nuestra sociedad. Por un lado tenemos adolescentes que se enredan con jóvenes de la misma edad, procrean y surge de este modo un núcleo importante de madres solteras cargando niños que la más de las veces vienen al mundo a pasar calamidades en el mejor de los casos o a convertirse en delincuentes por múltiples razones.

Otro grupo de damas, que no se han criado con sus padres, se sienten atraídas por hombres mayores. Ven en ese hombre al padre y al marido indistintamente procrean, en el mejor de los casos, los padres apenas se hacen cargo de aquellos hijos en forma tímida, unos por falta de medios y otros por irresponsabilidad.

Aparecen también las mujeres profesionales que se destacan, con buenos salarios cuyos maridos se quedan atrás por no haber concluido ningún tipo de carrera. Sin aporte significativo, quieren ser los que mandan exclusivamente en su hogar, en cuyo caso dicho matrimonio se deshace y los hijos han de pasar trabajo, pero no tanto como los anteriores. Si bien es cierto que sus madres profesionales reciben buenos salarios, no es menos cierto que viven en un ambiente que demanda mayores gastos. Es allí en donde sale a la luz la ausencia del padre y de su aporte y su presencia.

Se presenta otro grupo de mujeres muy estudiosas que han culminado su vida profesional con más de un título y que simple y llanamente no tienen la menor intención de contraer matrimonio y sencillamente establecen un patrón de búsqueda: Un hombre inteligente, bien parecido, de buena familia, etc. para así procrear sin ningún vínculo que las ate, prefieren vivir solas que mal acompañadas.

A más de lo expuesto ante las jóvenes en la medida en que exponía mis puntos de vista, decía una, ‘ese es mi caso, me gustan los hombres mayores’, otras decían, ‘mi caso es que procreé con adolescente y ahora estoy pasando trabajo’ y comentaban otras, ‘los casos de las profesionales son conocidos por doquier. Es una realidad que se manifiesta en nuestro medio y que se acentúa día a día’.

Demos un vistazo por las universidades, encontraremos una diferencia entre hombres y mujeres abismal, las mujeres cuadruplican a los hombres y tal hecho a la postre se convertirá en lo que reitero, un matriarcado.

¿Qué hacer para ponerle remedio a esta situación? Por una parte los hombres deben replantear su vida y convencerse de que de no estudiar llegará el momento en que quien lleve las directrices, de la casa, del Estado, serán las mujeres. Un matriarcado verdadero sin duda alguna.

Por otra parte las jovencitas que hacen del sexo ratos de esparcimiento también deben replantear su vida. Es allí en donde juegan un papel muy importante los hogares que a más de no desintegrarse, los padres deben orientar a sus hijos, hombres y mujeres para que se inspiren en verdaderos valores humanos.

Así son las cosas.

*EMPRESARIO.

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