• 03/11/2010 01:00

Cuando la verdad duele

Tenemos la tendencia de adoptar actitudes y opiniones fijas de las personas y de las situaciones que nos aquejan. Nos aferramos a la exa...

Tenemos la tendencia de adoptar actitudes y opiniones fijas de las personas y de las situaciones que nos aquejan. Nos aferramos a la exactitud de nuestras opiniones como si estuvieran grabadas y en el proceso nos encerramos dentro de los límites de la afirmación comprometiendo la dignidad, la honra y hasta la honestidad de las personas. Solo se requiere que pensemos antes de hablar.

Conozco a Roberto Troncoso Benjamín desde mi niñez. Buen estudiante, buen hijo, buen amigo, y de calidad humana inculcados por el buen ejemplo de sus padres. Su padre y el mío, fueron entrañables amigos. Don Roberto padre fue un calificado comunicador social al frente de su emisora Radio Atlántico en Colón visitada por mi padre a diario para darle el abrazo fraternal a su amigo de todos los tiempos. Es por ello, que las palabras con tono hiriente y de desconfianza de parte del presidente Martinelli en relación al informe sobre la comisión encargada de investigar los sucesos ocurridos en la población de Changuinola y que presidió Roberto, para mí, fueron desagradables e injustas. Así me he de sentir con los demás miembros de dicha comisión, gente de firmes convicciones, gente correcta y decente, como lo son Julia Suira, Rubén Castillo, Octavio Amat, Aníbal Galindo, Mariela Vega, Paulina Franceschi y el padre Roberto Sirauqui.

El presidente Martinelli después de recibir el informe señaló: ‘Un partido opositor y un sindicato de manera muy interesada tuvieron que ver con los hechos. Acuso directamente a un partido al que le importa un comino con el pueblo panameño y a un grupo de sindicalistas que solo velan por sus propios intereses’. Expresó, además, que la comisión ‘sintió miedo’ de estos dirigentes. Conociendo la trayectoria de honestidad de Roberto Troncoso y de los miembros de la comisión, cuestiono las aseveraciones del mandatario. Queramos o no, los partidos políticos y los grupos sindicalistas son importantes para la democracia de un país sea cual fuere su ideología. Sin la voz de ellos estaríamos frente a un absolutismo y sometimiento. Por su parte Roberto Troncoso, miembro del Comité Panameño por los Derechos Humanos y presidente de la comisión, se defendió y afirmó que todo lo planteado en el informe fue de manera transparente y sin intereses. Creo firmemente en las palabras de mi buen amigo Roberto Troncoso.

Lo que no entiendo es por qué motivo el mandatario nombró a estos señores sabiendo de antemano la trayectoria de estas personas. Si lo que él quería era envilecer al PRD y al Suntracs debió nombrar a personas que se prestaran a sus deseos. Lo que debe asimilar el señor presidente es que el problema principal fue la Ley 30. Y, me pregunto: Si el reporte fuera en contra de sus opositores, ¿estaría bien? Lamentablemente el mandatario difiere con el informe toda vez que él pensó que esta comisión iba a decir lo que él quería escuchar. De forma natural el hombre busca comunicar sus pensamientos e influir en los demás con su opinión para lograr cambios; sin embargo, se corre el riesgo de sujetarse únicamente a un particular punto de vista e intereses, sin atender las necesidades o propósitos que tienen los demás. Nadie puede jactarse de tener un buen juicio crítico, si no ha logrado establecer un equilibrio entre la forma e intención con que expresa su rechazo a lo que no le gusta. Es claro que las decisiones de índole social o política son a veces muy distantes del común de las personas, pero esto no justifica la critica malintencionada.

Cualquier comentario fuera de lugar o falto de delicadeza, no solo ofende, destruye además la buena comunicación, la imagen y opinión que se tiene de las personas y, por si fuera poco, habla muy mal de la persona que lo expresa.

‘Para que tu crítica tenga valor, se requiere una actitud honesta, leal y sencilla y si algo te disgusta o incomoda, no hay por qué crear conflictos y, si deseas que las cosas y las personas y el país mejoren, lo correcto será acercarte a los interesados y expresar abiertamente tu punto de vista, dispuesto a escuchar y a obtener un resultado provechoso para todos. De esta manera actuarás en justicia y en actitud de servicio e interés por el prójimo. Y, si hay algo que defender o aclarar, no pierdas la cordura, la serenidad, la cortesía y la comprensión. Recuerda que eres el mandatario de todos los panameños. Suma y no restes’.

Me parece que si alguna vez ha de haber paz entre los panameños, no será porque se haya alcanzado una coincidencia total. Y, aunque se perciba la verdad en forma diferente, esto no debe ser obstáculo para una reconciliación entre PRD—Suntracs—Gobierno, siempre que se reúnan las actitudes vinculadas al humanismo y patriotismo enalteciendo nuestro orgullo como panameños.

*ESPECIALISTA DE LA CONDUCTA HUMANA.

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