• 24/05/2014 02:01

Atracciones sociales

En el mundo y el país se han dando múltiples acciones de definición de posiciones de grupos que propusieron alternativas de soluciones

En el mundo y el país se han dando múltiples acciones de definición de posiciones de grupos que propusieron alternativas de soluciones a los problemas y contradicciones que se dieron en la sociedad. Algunas fueron sistematizadas en organismos formales, con decisiones, actitudes y conductas y otras a modo de protestas para llamar la atención ante el silencio de quienes supuestamente debian atender sus reclamos (cierre de calles, cruzada).

Los conceptos ideológicos, la lealtad a la nacionalidad y la valentía para defenderlos es básico para estudiar estas acciones. La efectividad de las mismos es analizada con la metodología de la psicología de las masas y la neurociencia planteando los factores emocionales, y sus causas generalmente de tipo socioeconómicas o políticas. Intentando hoy determinar procedimientos que brinden efectos sociológicos más efectivos y una mayor comprensión de todos los estamentos. La canalización gremial, técnicas y políticas organizadas han sido vías factibles, pero no siempre efectivas, según los niveles de ‘indignación’ a que se haya llegado. Agréguense otros elementos individuales de las autoridades o dirigentes, que por el manejo de las circunstancias o por patrones de personalidad obstaculizaron la asertividad. A veces se trata de asuntos de larga data, o de raíces económicas locales, o aún transnacionales, o de errores anteriores lo que complica aún más la posibilidad de lograr fáciles, rápidos y afortunados entendimientos.

Ante las acciones sociales de discutible o negativo valor hay que considerar la posibilidad de enmendar, cambiar, corregir de rumbo, las autocríticas, aceptar errores, que son contingencias que hay que tomar en cuenta, evaluar y proceder para reencontrar el camino de salida a cierto tipo de conflictos. Hay toda una especialidad para facilitadores en estos asuntos, pero los argumentos históricos, el sentido común, la justa y eficaz justicia, y las sinceras, valientes y prácticas decisiones frente a hechos concretos, pueden ser el inicio de mejores momentos para todos.

Circunstancias previas, desviaciones por otros intereses pudieron ser las causas de graves consecuencias posteriores y actuales. Ante traumas sociales violentos como lo fueron las cárceles y el exilio, pudieron aparecer fórmulas para evitarlos, e interferencias que beneficiaron a intermediarios, como ruptura de embargos (Cuba) que dieron una aparente y conveniente solución, pero que significó claudicar ante principios fundamentales y de contradictorios resultados en el actuar político futuro.

Todos los países se esfuerzan por el progreso de su nación y eso está bien. Norteamericanos, cubanos, chinos, etc. Pero eso ya no es tan bueno para los otros países que son usados, ante lo cual hay que estar atentos para no dejarse sorprender por muy aparentes sanas que sean las conductas. Con el tiempo reaparecen las verdades. En víspera de la firma de los tratados del Canal, en 1968, el pensamiento panameñista que mantenía los postulados del 9 de enero del 64 ganó las elecciones; el gobierno de Estados Unidos propició un golpe de Estado con la oligarquía para aprobar tratados que les fueran favorables. Como los golpistas no tenían imagen popular trajeron a los comunistas que ellos mismos habían encarcelado y luego exilado a Chile. Estos aceptaron apoyar la dictadura para regresar del exilio, dándole un disfraz nacionalista y hacer el PRD, que efectuó algunos avances sociales, pero que permitió que Estados Unidos permaneciera 30 años más aquí y nos dejaran bajo el paraguas y los fusiles del pentágono como protectorado. Han pasado muchos años ‘y otra vez la cumbia resonando está’, y otra vez los panameños encuentran su verdad, a lo panameño, con cutarras y todo.

Los panameñistas obtienen el apoyo de las mayorías populares. Las corrientes de pensamientos se toman en cuenta, las fuerzas globalizadoras nos presionan. America Latina busca su ruta de superación y bienestar para todos, especialmente los grupos más postergados. Entonces, es el momento de hacer justicia, de resolver los daños y perjuicios causados, las familias arruinadas, la gente desaparecida, rectificar; y al no aceptar la impunidad, hacer que los que ilegalmente se enriquecieron y los oportunistas que se intentaron encaramar en el poder de las botas encuentren ahora el verdadero camino.

El camino que con su voto ha decidido el pueblo, los obreros sindicalizados, el de la dignidad y la libertad, el de la panameñidad. Que el término democracia signifique realmente al ‘pueblo’. Que los partidos encuentren la praxis de su propia ideología sin desviaciones dictatoriales, ni intereses económicos particulares. Esto vale para los que aún tienen indefiniciones internas y para los que están tomando el camino del nuevo Panamá, donde la eficacia, la honestidad, la justicia y la lealtad al desarrollo social del pueblo sea la meta y la dirección del gobierno. La unidad de propósitos hacia la justicia a las víctimas de las violaciones de los Derechos Humanos y la justicia social pensando concretamente en seguridad alimenticia con precios justos para el pueblo y con la función social de los intermediarios que no permitan el acaparamiento ni el desabastecimiento es lo que corresponde a todos los ciudadanos empresarios comerciantes y trabajadores de buena voluntad.

MÉDICO

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