• 27/06/2014 02:00

La ciudad hospitalaria de la CSS

Examinaré los hechos más relevantes, que sirven para evaluar este proyecto

El proyecto de la Ciudad Hospitalaria de la CSS se ha convertido en el centro de irregularidades desde su concepción. Sus anomalías van desde las fechas de culminación de las etapas de construcción, valor, administración y otras. Sin pretender agotar el tema, por lo extenso que es, y por el espacio limitado disponible, examinaré los hechos más relevantes, que sirven para evaluar este proyecto.

LOS PLAZOS. Inicialmente se publica que la construcción de la primera fase iba a estar terminado en 2013 bajo la modalidad ‘llave en mano. Así, FCC deberá encargarse del diseño y aprobación de planos, desarrollo urbanístico, estudios de impacto ambiental, construcción, financiación y equipamientos del proyecto hasta su entrega a la caja de la seguridad social panameña’. Después se establece un plazo de 36 meses. Sin embargo, los plazos de entrega se alargan y prolongan, a pesar de las visitas de las altas autoridades gubernamentales. El 15 de junio de 2013, el presidente Martinelli visita las obras y se anuncia que la fecha para que se inaugure es en marzo o abril de 2014. Pero el 28 de septiembre de 2013, el director de la CSS, anuncia que ‘podría estar lista en 2014’. No obstante, en enero de 2014, el director de la CSS, acompañado del presidente del Legislativo, reconoce que las obras solo tienen un 40 % de avance y que estarán listas en mayo de 2014, fecha que ya se venció. Sin embargo, se inauguró el 31 de marzo de 2014, un centro de visitantes para que ‘todos puedan conocer la magnitud de esta obra hospitalaria de la CSS’. Nuevamente se pospone la fecha de entrega de la primera parte, y la directora ejecutiva de Ingeniería y Servicios de apoyo (DINYSA) reconoce un avance del ‘45 % en lo que respecta a la primera etapa’.

¿LA CIUDAD HOSPITALARIA EN ÁREA CONTAMINADA? En el informe titulado ‘República de probeta: las pruebas de armas químicas en Panamá’, elaborado por Fellowship of Reconciliation, con la colaboración del Grupo de Trabajo de Armas Químicas, Fondo de Defensa Legal Earth Justice, Greenpeace y el Project Coordinating Staf, Edgewood Arsenal, Maryland, Interim summary on the performance of U.S. and British 4.2 mortars charged mustard on tropical wooded terrains y en el mapa adjunto, se informa que en el área de Curundú, Chivo Chivo y Cerro Tigre se almacenaron armas químicas usadas por el ejército de los EEUU. Recientemente, realizando labores de limpieza en el área cercana, se encontró un bunker de depósito del ejército de los EEUU.

Entre las armas químicas mencionadas están gas mostaza destilado, cloruro cianógeno, mostaza, cianuro hydrogeno, fosgeno, etc. El experto toxicólogo Theodore Henry dice que ‘los efectos de largo plazo producidos por contacto con el gas mostaza incluyen el cáncer de pulmón y de piel, la leucemia, el asma, la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar, la laringitis crónica, enfermedades de los ojos, la conjuntivitis y la disfunción sexual’. Por ejemplo, la mina M-23 contiene 10 libras y media del agente VX. Diez miligramos de VX constituyen una dosis mortal. Por lo tanto, en cada una de las minas que se probaron en Panamá había casi medio millón de dosis letales. Infelizmente, los efectos a largo plazo de estas armas químicas, en niveles altos y bajos, son tóxicos reconocidos para la salud de las personas expuestas. Por todo lo anterior, surge la inquietud sobre si las áreas de construcción de la Ciudad Hospitalaria son áreas libres de contaminación de armas químicas, ya que aparecen en el mapa denominadas como ‘test área’.

Resultado Final del Proyecto: Originalmente se publicó que el Proyecto de la Ciudad Hospitalaria costaría 350 millones y lo conformarían 14 torres (entre ellas torres clínica, quirúrgica, gineco-materno-neonatal, etc.) 1700 camas, 49 quirófanos, 3000 estacionamientos, Hotel, Hospital de Especialidades Pediátricas, el Instituto de Cardiología, el Centro Ambulatorio de Tratamiento Médico Quirúrgico, Hospital de Día, Cirugía ambulatoria y Clínica del Paciente Diabético, Instituto de Atención y Rehabilitación Especial y el Hospital Geriátrico entre otras. Lamentablemente, por el contrario, ahora se reconoce que el proyecto costará 587 millones (más de 200 millones del original) y las torres han quedado convertidas en plantas de no más de seis pisos (ver los planos de la CSS), y unos cuantos edificios. La realidad es papable para cualquier observador imparcial que vaya al área de construcción.

Finalmente, a todas estas irregularidades hay que sumar, que hasta hoy, las autoridades de la CSS no han podido explicar, y menos justificar, la construcción de esta obra faraónica. Si no pueden administrar eficazmente el Complejo Metropolitano, de menores dimensiones, cómo harán con una instalación que duplicará la necesidad de todo tipo de recursos: económicos, humanos, insumos, etc.

En suma, con tantos escándalos e intentos de privatizar y externalizar la Ciudad Hospitalaria y el Hotel, es evidente e indudable el fracaso de esta gestión administrativa.

MÉDICO

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