• 07/07/2014 02:00

¿’Shows’ políticos o prioridades de educación?

‘El presidente Varela y la actual titular del MEDUCA ¿a qué le pondrán el énfasis? Los hechos, y no los discursos, nos lo dirán’

El común de los gobernantes de las últimas dos décadas y por extensión sus ministros de Educación, han tenido la perversa tentación de impulsar proyectos que aspiran a convertir en ‘iconos’ de sus gestiones. Lamentablemente, en todos los casos han resultado en papelones, más ajustados a ‘shows políticos’, que a la satisfacción de las prioridades de nuestra educación.

En los tiempos del presidente Torrijos Espino, se hizo el ‘show político’ con programas como ‘English for Life’ y ‘Conéctate al conocimiento’, así como la entrega de mochilas, sin mayores resultados en la calidad de la educación. Esto mismo siguió en la administración Martinelli-Molinar, pero con otros actores beneficiándose de los recursos gastados y por supuesto modificando los nombres de los programas para que aparecieran como creaciones propias. Ni hablar de la mal llamada ‘Transformación curricular’, efectuada en el nivel medio, cuando los problemas más severos del aprendizaje de nuestros estudiantes, que se manifiestan en la lectoescritura y sobre todo en la comprensión, se suscitan en el nivel básico (preescolar y primaria) y lo arrastran hasta llegar a la universidad, los que logran llegar a esta.

Los nuevos titulares de la política educativa panameña, tienen el reto de demostrar que no van por el mismo camino de las recientes administraciones. Por ejemplo, la consigna de 100/0, referido a la dotación de agua potable y saneamiento básico que el presidente Varela plantea para las comunidades, debe ser asumida plenamente para el 35 % de escuelas sin agua potable existentes en el país y las más de 64 % de las escuelas sin este líquido vital en las comarcas indígenas o, por lo menos, revertir el fracaso de la administración Martinelli-Molinar, que llevó a que entre 2008 y 2013 aumentara en casi 50 % el número de escuelas sin agua potable.

Esta atención de los problemas de la infraestructura física sería lo menos que se esperaría del actual gobierno en materia de las condiciones que tienen que darse para que se produzcan procesos de enseñanza-aprendizaje eficaces. En realidad, esto debe ser parte de un programa de asignación de recursos para suplir a los establecimientos escolares de los equipos y servicios de apoyo a los aprendizajes. Es decir, de nada valdría contar con la necesaria entrega de agua potable y de servicios sanitarios funcionando adecuadamente, si no se cuenta en cada escuela con las bibliotecas debidamente dotadas de los libros físicos o virtuales (informáticos) con los contenidos pertinentes a los planes de estudio. Panamá está entre los peor calificados en este renglón en Iberoamérica.

Pero esta prioridad, relativa al ofrecimiento de condiciones infraestructurales para poder desarrollar el trabajo escolar, debe ser considerada como supletoria del problema mayormente acuciante de la falta de equidad y cobertura del sistema educativo panameño. Los numeritos oficiales de los últimos cuatro años hablan que el porcentaje de los menores en edad escolar (4-17 años) que debió estar en las escuelas estudiando, pero que están fuera de estas, se elevó en 49 %.

Ya sabemos que quienes sí están aprovechándose de nuestros niños, niñas y adolescentes que permanecen fuera del sistema son: el crimen organizado y los explotadores del trabajo infantil. Lo que a la postre, conduce a que nuestra generación de relevo está incapacitándose para alcanzar niveles de desarrollo humano que rompan el círculo de la pobreza.

Volver a ponerle el énfasis a proyectos como los de la ‘enseñanza del inglés o de la informática’ a los docentes, sin crear las condiciones favorables al adecuado clima escolar (psicosocial y de la infraestructura física), requerido para el mejor rendimiento de los estudiantes y la atracción de los que están fuera del sistema escolar, es repetir el desenfoque de las administraciones educativas de los últimos 20 años, inclinados más a los ‘shows políticos’ y a satisfacer el interés de grupos económicos determinados, que a la resolución de los problemas prioritarios de la educación del país.

El presidente Varela y la actual titular del MEDUCA ¿a qué le pondrán el énfasis? Los hechos, y no los discursos, nos lo dirán.

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