• 30/08/2014 02:00

¿Desarrollo para quién?

"Definitivamente, los países con avances industriales y acumulación tradicional de bienes tienen una perspectiva hacia el futuro"

El desarrollo armónico de la sociedad tiene que darse bajo los conceptos claros de la realidad, la verdad, la justicia y la equidad entre otros valores. Desafortunadamente los juicios sobre estos términos no siempre tienen las mismas interpretaciones, según el sector en que se ubiquen, especialmente en los aspectos económicos.

Sin embargo, para todos influyen decisivamente otros parámetros generales como la eficacia, la eficiencia, la transparencia, la tecnología, los contactos y otros relacionados con la administración, que muchas veces son más importantes que las estrategias y objetivos. Los antecedentes, las bases del asunto, sus proyecciones, sus vínculos o dependencias de las áreas públicas o privadas, o las mismas características ideológicas de los propósitos, marcan la corriente o dirección de los hechos concretos.

Tratándose de la sociedad integral priman los asuntos de interés social, llámense de responsabilidad social, de beneficio social desde la perspectiva inicial que se adopte. Hay puntos básicos elementales que se toman con criterio preventivo y previsor para todos: La educación, la salud, la alimentación, la vivienda, el ambiente. La economía, la cultura, la geopolítica, la producción, las riquezas naturales, la historia y muchas otras variantes afectan directamente la evolución de ese desarrollo social.

Definitivamente, los países con avances industriales y acumulación tradicional de bienes tienen una perspectiva hacia el futuro aparentemente más concreta y prometedora; pero no es menos cierto que se enfrentan a otra serie de dificultades producto de la competencia, de su propio crecimiento, del envejecimiento, del desgaste, de la ralentización, de las contradicciones de sus propios sistemas y de muchos más que se les presentan en el camino.

Europa y Norteamérica monopolizan las bancas y consorcios que se han llamado ‘salvajes’, y que se intentan actualizar en el neoliberalismo, pero se siguen enredando en operaciones bélicas y en macroeconomías, enfrentándose entre sí con lo BRIC y con los llamados subdesarrollados.

Asia, los árabes y América Latina buscando sus propios caminos hacia el progreso. Las rutas caribeñas experimentan hacia un socialismo ejecutivo en que los recursos compartidos y distribuidos, los lleva a que sectores se marginen de esa modalidad. Las poblaciones latinoamericanas intentan superar las incongruencias del obsoleto capitalismo con experiencias, a veces muy traumáticas. En la vía de la justicia social, los pueblos se enfrentan a dictaduras civiles o militares que disfrazadas de democráticas y hasta nacionalistas, los desvían y los conducen a la corrupción, al entreguismo a las transnacionales y a frustrantes desenlaces.

El objetivo nacionalista, de justicia social y democracia con una metodología de eficacia, honestidad y experiencia con la participación de todos es el esquema propuesto y aceptado por el electorado y su gobierno hoy en nuestro país. Leopoldo Aragón, quien se inmoló para denunciar que la dictadura militar fue inventada para convertirnos en protectorado. Que el 9 de Enero del 64, Torrijos se escondió, persiguió y apresó a los héroes, que nunca antes participó en las luchas por la soberanía y que en el 68 desapareció, asesinó y exiló a cientos de nacionalistas e izquierdistas, igual que otras dictaduras como la de Pinochet; que el dictador tomó el poder con ayuda militar de USA contra las guerrillas chiricanas constitucionalistas, contra un gobierno que apoyaba la total soberanía. Estas son verdades que es preciso recordar. Que la juventud las conozca. Que pretenden desconocer supuestos historiadores que no vivieron esos hechos.

Que no se creen mitos de falsos objetivos. Que los comunistas que fueron encarcelados y exilados, los trajeron del exilio dos años después para fundar el PRD y dar un decorado cosmético populista a la dictadura, que no resolvió el asunto de la violación de los DDHH ni el Tratado de Neutralidad que permitió la intervención militar de USA (invasión) ni la explotación económica de los grupos elites ni la corrupción ni la impunidad ni la crisis de valores en la sociedad.

Hoy, consecuencias de esa impunidad la sociedad exige la recuperación de los bienes mal habidos para pagar la deuda externa y obtener justicia social y legal que son básicas, si queremos corregir los errores del pasado y avanzar a un Panamá mejor. Entonces la justicia y la verdad son fundamentales, cuando adelantamos una constituyente y a unas reformas electorales para avanzar al Desarrollo Social por ‘el pueblo primero’.

*MÉDICO Y EX MINISTRO DE ESTADO.

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