• 23/09/2014 02:00

Estatura del futuro contralor

"Para llegar a la cima de este cargo, es obligante para los panameños formarnos una idea de cómo veremos al futuro funcionario"

La Constitución panameña en sus artículos 279 y siguientes, nos presentan la figura del funcionario que se denomina contralor general, secundado por un subcontralor, quienes serán nombrados por los diputados, según lo dispone el artículo 161; así como al defensor del Pueblo, al magistrado del Tribunal Electoral y al suplente que les corresponde conforme a estas disposiciones, dentro de las funciones administrativas que actualmente es materia de su competencia.

La posición de contralor general de la República, a mi juicio, tiene tal rango de trascendental importancia, que le sigue a la máxima Magistratura de la Nación, en términos de importancia administrativa y jurídica. La Constitución, en su artículo 280, le otorga 13 funciones capitales al contralor, relacionadas con el manejo de las cuentas nacionales, la tan cacareada fiscalización de los fondos y otros bienes públicos. Visto así este panorama global de tan preclara figura, obliga a todos los panameños: estudiantes, profesionales y ciudadanos comunes, adentrar al tema, frente la histórica decisión de los llamados ‘padres de la patria’, de nombrar al futuro contralor o contralora.

Para llegar a la cima de este cargo, es obligante para los panameños formarnos una idea de cómo veremos al futuro funcionario que ha de adecentar la mancillada arcas nacionales. Para ello, se requiere un contralor con independencia; es decir, exento de dependencia, con libertad, autonomía, con entereza y firmeza de carácter, tal lo define la Real Academia de la Lengua Española. Una figura enmarcada en la Probidad, rectitud de ánimo, íntegra y con honradez en el actuar.

Un contralor que goce de entera credibilidad, que merece ser creído, una característica social que ha sido deteriorada en los últimos años y, me atrevería a afirmar, que ha hecho grave crisis en los diferentes estamentos de la cosa pública. Se requiere de una figura integra y con elevados principios demostrados, rectitud y probidad.

No se trata de encontrar una figura químicamente intachable; pero al tratarse de los recursos de todos los panameños, es inaplazable escoger una figura inclinada a servir con vehemencia al país, sin intereses bastardos que subyacen o puedan resurgir en cualquier instancia política.

Un futuro contralor con previsión, precognición, prudencia y reflexión. Un funcionario con visión y formación administrativa, capaz de poner orden en la institución que va a dirigir y en todas las dependencias, cumpliendo con las funciones pertinentes que le señalan la Constitución. Ese funcionario con éstas y muchas cualidades más, será la persona que no puede estar contaminada con la política criolla, con los intereses de partidos o de grupos, elementos que pueden distorsionar el papel protagónico de la Asamblea Nacional en esta encrucijada en donde la crisis de los valores humanos da señales de una descomposición que el pueblo panameño no puede soportar un minuto más.

Frente a este oscuro horizonte, que no podemos soportar más, se hace necesario hacer un llamado a la ponderosidad, a la prudencia y sensatez.

*EXLEGISLADOR Y EXALCALDE.

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