• 18/04/2015 02:01

Eficacia y honestidad para lo social

De allí la prioridad de la educación y la historia. Pueblo que no conoce su historia está obligado a repetirla

La razón de los Gobiernos, cualquiera que este sea, es satisfacer las necesidades vitales de la población y promover el progreso y felicidad de todos los ciudadanos. De la valorización de estos objetivos básicos dependerá el nivel de apoyo del electorado. Esta proactividad en salud educación, alimentación, seguridad, trabajo, justicia y dignidad constituyen los pilares de la estabilidad y la paz. Y no me refiero a bolsas de comida, gorras y guaro; sino a la toma de conciencia del desarrollo social, la solidaridad y de la nacionalidad.

De allí la prioridad de la educación y la historia. Pueblo que no conoce su historia está obligado a repetirla. Afortunadamente, los diputados y el Ejecutivo decidieron corregir el error de no conocer las luchas por la soberanía. Si no valorizamos los sacrificios y el esfuerzo de los ancestros, el futuro se olvidará de nosotros. Cientos de mártires y héroes, desaparecidos y exilados que nos quedaron desde la lucha inquilinaria, la del 64 por la soberanía, del 68 por la libertad, del 89 por la invasión y recientemente la de los hermanos ngäbe, Changuinola, los de Colón, que hoy sufren de ‘olvido'. Que arruinaron sus economías, su futuro y las de sus hijos. Hoy exigen justicia, reconocimiento e indemnización.

Mientras el mundo sigue manejado por las fuerzas económicas. Los poderes monetarios siguen dando las órdenes. Y controlando el país con la ciencia y las armas. Los liberales de todo tipo (banqueros o empresarios) o los socialistas de diferentes matices deben saber producir recursos para vivir todos con buena calidad de vida. Cuando los gobernantes no tiene aceptación, recurren a la dictadura. Pinochet (derecha), Stalin (izquierda). Todos predican la ‘democracia' que generalmente se interpreta como demagogia y ‘capitalismo salvaje'. Todas las corrientes ideológicas caen en los disfraces de pseudonacionalistas ingenuos o traidores; y en la corrupción, cuando no hay honestidad y eficacia por exceso de poder.

El socialismo cubano duro, nacido de una revolución popular. El socialismo chileno, viene de elecciones democráticas. México y Colombia están como democracia de derecha. Chile y Ecuador, democracias de izquierda. Dictaduras de derecha hemos tenido muchas.

Los diplomáticos y los militares muchas veces se muevan por intereses económico que los beneficien. Como las relaciones con Cuba y la dependencia militar a USA.

Cuando s e va a gobernar para enriquecerse por favoritismo, tráfico de influencias o vulgares coimas que nacen del que tiene el dinero, usa a los funcionarios con la codicia común. Al juegavivo se le llama éxito. La competencia en que ganan los de los círculos ‘0' y pierden los bobos del pueblo. En que se saca del medio al funcionario capaz, eficaz y honesto, porque no acepta las reglas del juego mafioso. Y no colabora para permitir los peculados. Se rebuscan excusas para eliminar los obstáculos. Ya en ese terreno no importan los colores ni las banderas, sino el negocio entre empresas o contra otros consorcios o grupos. La adulación de quien está más cerca del que decide y reparte, o se ubica bien en el camino por donde pasa el dinero; en clubes privados o en refrigeradas oficinas, todo aparentemente muy fariseo. Reemplazan a la eficacia con la viveza. Y a la honestidad por la hipocresía y el cinismo.

En la dictadura se perfeccionó el sistema con la violencia, el exilio y la muerte. Creó el molde que siguen usando los malos ciudadanos, políticos, empresarios y funcionarios y que, como no hubo justicia, inventaron la impunidad. Lo más patético es el disfraz de demócratas o populistas de algunos pseudocomerciantes cripto políticos.

Por eso es importante en una visión retrospectiva, aprender del pasado, de las memorias de los próceres, de los nuevos museos, de las experiencias de los que se sacrificaron y lucharon por la democracia que disfrutamos hoy; y que les podría permitir a los gobernantes aplicar un nacionalismo auténtico y una justicia social real. Y que no tengamos que cantar ‘y hasta el queso que había en la mesa, también'...

La honestidad y la eficiencia previas que viene de la familia y la escuela; y que hoy el pueblo y la ciudadanía están rescatando, forzando a los malos políticos y empresarios a rendir cuentas. Es preciso también reconocer la fuerza de la reserva moral, la lealtad de los que participan con ética y colaboran con el país, sin tener que competir en una lucha fratricida que los expone a usar trampas y ‘vivezas'.

La regulación de precios que es solidaridad con los clientes, es un índice de este parámetro de responsabilidad social.

Los recursos naturales del país son para el beneficio de todos con equidad, es civilizado repartirlo en una sociedad segura. Pero ‘llegó la Hora' de que el pueblo saque su casta, su habilidad e inteligencia. Y hasta saque el látigo, para superar la incompetencia de los que tienen la necesidad de recurrir a la corrupción para hacer dinero.

MÉDICO Y EX MINISTRO DE ESTADO.

—EN MEMORIA DEL DR. CARLO YOUNG ADAMES.

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