• 30/05/2015 02:01

Panamá primero

Y hace 15 000 años llegaron las gentes de las comarcas. Algunos siguieron, otros se quedaron

Hace millones de años, del mar elevó el istmo. Y hace 15 000 años llegaron las gentes de las comarcas. Algunos siguieron, otros se quedaron. Luego han llegado muchas gentes atraídas por la estrechez especial de nuestra cintura, que por obra divina es punto de comunicación del mundo por tierra y por mar. Se han fijado sobre todo transportistas y comerciantes por las facilidades que les brinda esta posición estratégica, pero también han querido quedarse piratas con o sin patentes de corsos. Los más conscientes y agradecidos con esta tierra echaron raíces en diferentes épocas; y todos fueron creando el sentido de Patria que poetas y políticos le han dado estructura de país. Crisol de razas y de pensamientos; hicimos el canal, soberanía, libertad y estamos creando una sociedad, una cultura que nos perfeccione un Gobierno moderno de una verdadera democracia, calidad de vida, bienestar y felicidad para todos los que aquí vivimos.

No ha sido fácil esta epopeya. Muchos han venido solo a aprovecharse de nuestra geografía. En diferentes formas, versiones o sistema, vinieron banqueros, explotadores, mineros, militares, farsantes, depredadores, embaucadores, piratas con diferentes ropajes a saquear, coimear, robar, usufructuar y, luego de enriquecerse, llevarse el oro o los billetes.

Todavía, porque todavía somos una gran tierra, siguen y seguirán llegando inversionistas, visionarios, trabajadores, creativos, intelectuales y gentes de buena fe y voluntad que nos acompañen en servir, producir, transportar, comunicar, inventar y hacer de este pequeño país algo grande en eficiencia y valores humanos. A esta tarea de sembrar naturaleza, construir estructuras, enseñar en escuelas, traer tecnología, importar equipos y métodos multiplicadores, formar empresas, concebir nuevas ideas, hacer riquezas, multiplicar los panes y atajar el maná que por aquí pasa para hacerlo nuestro, nacionalizarlo, darlo a Panamá para que se quede aquí y le dé vida a sus hijos y a otros que quieran acompañarnos en hacernos fuente de sabiduría y motor de progreso; y no solo puente de tránsito ni espejo de otros. A esto se refiere el desarrollo y la justicia social.

A los emprendedores, novedosos, a los que incrementa la economía, a los que nos convierten en centro no solo distributivo del mundo, sino en transformadores con valores agregados que le den el sello de orgullosa panameñidad a lo que sale de aquí. A los que reexporten, embalen, industrialicen, reparen, introduzcan la construcción naval, planifiquen los complejos portuarios que sean útiles para el continente.

Inducir el poder financiero y el prestigio de eficiencia, la fuerza moral de la honestidad y la ética ciudadana, comercial y política; que nos dé la confianza mercantil y sociológica, credibilidad que exponer al mundo y así obtener la estabilidad, el respeto y el desarrollo..., no solo el crecimiento económico; y no solo económico, sino el cultural e internacional. Estas metas nos darán seguridad en las áreas competitivas en todos los sectores. Educarnos todos con responsabilidad, disciplina, orden, estudio, trabajo, libertad, conciencia crítica y valores que eleven el valor no solo del Balboa, sino de la panameñidad.

Concretar el bienestar de los colaboradores de todos los niveles con educación, nutrición, salud, armónicas familias, protección al consumidor a costos racionales sin desajuste en precios de intermediarios, sin sobrecostos de corrupción, considerando los derechos humanos y gremiales, lo que hará más satisfechos y eficaces a los trabajadores y clientes al ser considerados miembros del equipo, y recibir lo que les corresponde a sus esfuerzos, dedicación y lealtad; y a sentirse partícipes y dignos de actuar por un Panamá primero y mejor.

MÉDICO Y EX MINISTRO DE ESTADO.

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‘Muchos han venido solo a aprovecharse de nuestra geografía. En diferentes formas, versiones o sistema...'

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