• 06/09/2015 02:01

La Carta de Jamaica de Bolívar - Testimonio III*

Al celebrarse el bicentenario de la significativa Carta de Jamaica, suscrita por El Libertador en Kingston, el 6 de septiembre de 1815, ...

Al celebrarse el bicentenario de la significativa Carta de Jamaica, suscrita por El Libertador en Kingston, el 6 de septiembre de 1815, he vuelto a revisar su muy amplio texto, por la omnímoda importancia que merece su previsor, profundo y abarcador contenido. Este documento bien puede servir de guía de cara a la realidad presente de la América española.

Pocos son en verdad los istmeños que desconozcan aquella esperanzada perspectiva que afirmaba en esa Carta: ‘¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuera para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso...'.

Ya antes Bolívar había expresado en el mismo documento: ‘Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación... mas no es posible...'. Y en dos páginas previas nos dejaba ya planteado su sueño aún menos factible: ‘¡Acaso solo allí podrá fijarse algún día la capital de la Tierra, como pretendió Constantino que fuese Bizancio la del antiguo hemisferio!'.

Desafortunadamente, hemos olvidado lo que igualmente nos dijera El Libertador antes de esa referencia al Istmo de Panamá. En efecto, él nos expresa lo que todavía hoy parece un espejismo o un horizonte artificial, producto del incierto panorama de sus luchas para 1815, y las razones que nos ofrece son estas, tal vez ante el impresionante progreso político-económico ya logrado por los Estados Unidos desde su Independencia:

‘En tanto que nuestros compatriotas no adquieran los talentos y las virtudes políticas que distinguen a nuestros hermanos del norte, los sistemas enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho que vengan a ser nuestra ruina. Desgraciadamente, estas cualidades parecen estar muy distantes de nosotros en el grado que se requiere...'.

En la Carta de Jamaica, Bolívar expresaría a su vez su nostalgia al señalar que ‘El emperador Carlos V formó un pacto con los descubridores, conquistadores y pobladores de América que, como dice Guerra (el sacerdote dominico Fray Servando Guerra), es nuestro contrato social'. ‘El rey se comprometió a no enajenar... siendo una especie de propiedad feudal la que tenían los conquistadores para sí y sus descendientes'.

Lo anterior no debería causarnos sorpresa ni asombro, pues instituciones como las encomiendas, habían existido en España desde el Siglo XII (mucho antes del Descubrimiento de América). Estas habían mantenido, además, un carácter a la vez militar y religioso.

Por su naturaleza característica, la institución fue utilizada durante las luchas de la Reconquista y mantuvo después la propiedad de extensas zonas de las mejores tierras en la propia España. A los interesados en profundizar en el tema, les sugerimos estudiar la posesión de tierras en el sur de Castilla, tanto en Andalucía como en Extremadura, al concluir la Reconquista el mismo año de 1492.

De igual modo, es oportuno no olvidar tampoco que, cuando ya Bolívar podía anticipar con mayor claridad la libertad por la cual había venido luchando y arriesgando su vida por tantos años, en el Discurso de Angostura de febrero de 1819, él reitera su ideario político tan resuelta y lucidamente anticipado.

Poco antes de la batalla de Boyacá, en agosto del mismo año 1819, que consagraría la libertad de Colombia y de la batalla de Carabobo, de junio de 1821, que permitiría la libertad de Venezuela, Bolívar se preguntaba si no sería extremadamente difícil aplicar a España las libertades políticas y religiosas de Inglaterra. Y agregaba que sería aún más difícil adoptar en Venezuela las leyes de Norte América.

Nota: Conviene también recordar el final de esta famosa Carta cuando, en medio de toda suerte de limitaciones impuestas por el exilio, como admirador de Inglaterra, Bolívar señaló: ‘Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste su protección, se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los talentos que conducen a la gloria: entonces seguiremos la marcha majestuosa hacia las grandes prosperidades a que está destinada la América Meridional...'.

ABOGADO Y ESCRITOR.

*TOMADO DEL RECIENTE LIBRO DE RICARDO LASSO GUEVARA, TITULADO LA DEMOCRACIA HISTÓRICA Y AMÉRICA LATINA (CARTAS, CITAS Y REFLEXIONES).

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‘... bicentenario de la significativa Carta de Jamaica, suscrita por El Libertador en Kingston, el 6 de septiembre de 1815...'

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