• 15/12/2015 01:00

¿Decide Dios una elección?

Variadas referencias bíblicas dan cuenta del infinito e inescrutable poder de Dios y su atinada certeza a la hora de ‘pasar factura '.

Variadas referencias bíblicas dan cuenta del infinito e inescrutable poder de Dios y su atinada certeza a la hora de ‘pasar factura '. Un viejo adagio popular expresa: ‘En política no hay sorpresas, sino sorprendidos '. Política e intelectualmente, el profeta Daniel lo sentenció hace más de 2500 años cuando escribió en 2:21, ‘Él (Dios) muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos '.

Analizando los acontecimientos (aciertos y desaciertos) de nuestro originario hemisferio, en algún momento puse en duda esta divina sentencia, aun conociendo los maravillosos atributos del grande Dios: omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia. Y es que la ascensión al poder de las nuevas dictaduras de izquierda suramericanas (que hoy se desvanecen), la irrupción en la conducción del Estado de grupos terroristas, la infiltración en el escenario electoral de dineros provenientes del narcotráfico, la galopante e ignominiosa inmoralidad colectiva oficialmente tolerada y la prácticamente inmortalización de la corrupción en la gestión gubernamental, me hicieron dudar que Dios tuviera algún interés de intervenir en este cada vez más detestable oficio de elegir y ser elegido.

Sin embargo, cuando avanzada la madrugada del 7 de diciembre el Consejo Supremo Electoral confirmaba lo que todos los venezolanos esperaban con ansias, y más tarde, 48 horas después, lo que los adversarios exigían legítimamente, la mayoría calificada; esto es, los 112 escaños logrados, de los 167 en disputa, luego de tanto sacrificio y esfuerzo, me acordé que Jehová vive y decide. Esa cifra mágica y exacta, si bien lograda con la voluntad ciudadana de casi 10 millones de venezolanos, de los alrededor de 15 millones de votantes inscritos en un padrón que totalizaba cerca de 20 millones, comprendí la importancia de la soberanía y la voluntad divina. Solo Dios puede obrar con tanta exactitud y precisión.

Otros adagios sentencian: ‘La justicia tarda, pero llega ' y ‘nunca es tarde cuando la dicha es buena'.

De inmediato vino a mi mente la estrepitosa caída de la dictadura kirschnerista, sin duda una cuestión que rebasa las fronteras celestiales. Dentro de pocos días los argentinos verán desfilar por los tribunales, así como nosotros vemos en Panamá, centenares de burócratas que habrán de dar cuenta de sus desmanes. Y no tengo ninguna duda, que así como Martinelli lo hizo, la expresidenta sureña ya debe estar haciendo ‘lobby ' en alguna cueva de ladrones para esconderse de las atrocidades cometidas durante su gestión y la de su marido, ya fallecido.

Porque también en Panamá Dios tomó control. Y gracias a esa decisión divina, hoy estamos ratificando lo que se rumoraba públicamente. Así como yo, Martinelli, Kirschner y ahora Maduro, confirmamos que el profeta Daniel, tanto tiempo atrás, tenía razón. Y vendrán más.

COMUNICADOR SOCIAL.

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