• 18/01/2016 01:00

Una política diferente

Eso, es un tema de participación muy fundamental en el sector público y siempre se ha trabajado así, en mi país

Alzó su voz y dijo: ‘Desde que tengo uso de razón en el país en que vivo, nuestras autoridades y funcionarios siempre están contando qué es lo que sucede con los recursos públicos y en esos ejercicios tenemos excelentes procesos de ley de transparencia, con unos indicadores bien interesantes en ese sentido. En mi país, sabemos que es en lo público donde se toman las decisiones más importantes de una sociedad, gústenos o no, pero es en lo público. Pero no por eso, se toman esas decisiones a espaldas del pueblo.

Por el contrario, en mi país, se cree en la participación política y social, y es por ello que ninguna obra arranca desde un escritorio en alguna oficina refrigerada afincada en la capital, en cambio, siempre arrancan con la comunidad. En mi país, no se llega a un barrio con maquinarias Caterpillar para empezar la construcción de un colegio o una cancha sintética, porque ahí mismo la gente diría ‘pero cuál colegio o qué cancha de fútbol, nosotros no necesitamos eso, eso no es lo que se requiere aquí'; y eso no sucede, porque en mi país, te invitan como ciudadano desde el principio, para que des tu opinión y manifiestes a las autoridades lo que aquí necesitas es un campo de béisbol y un centro cultural y lo queremos así, no de aquella manera. Eso, es un tema de participación muy fundamental en el sector público y siempre se ha trabajado así, en mi país.

En mi país, un político tradicional siempre regresa a los barrios más apartados, donde la gente nunca creía que iba a llegar el Estado (luego de las elecciones) y cuando llega el político después de ganar las elecciones la gente no se sorprende ni les dice: ‘pero pa'qué vuelven si ya ganaron', obviamente porque nuestra clase política siempre está trabajando y creando proyectos de la mano con el pueblo, ya sean de ley como de obras sociales, para beneficio de la Nación, sin esperar que se las exijan.

Donde vivo, hay buenos proyectos socioculturales en aras de formar a la gente en una educación en la independencia y el emprendedurismo, y todo, con un tinte de calidad, y además se hace todo bien, de modo que se genere en el ciudadano el sentido de condescendencia hacia la política. En mi país, más que jurar ante Dios y la Patria, nuestras autoridades juran y se comprometen ante el pueblo en general, ya que como políticos saben que los recursos públicos son sagrados, y por tanto impedirán que se pierda el mínimo real.

En mi país los políticos no parecen de un mundo, las universidades de otro, los investigadores de otro, los empresarios de otro y la ciudadanía de otro. Ahí, siempre va primar la unión de esfuerzos en donde se dan cita a todos los actores sociales previa toma de decisión, para cubrir la necesidad de escuchar aportes y observaciones donde todos se sientan a trabajar y a buscar una solución.

En mi país, no se llega a un cargo público mediante el sufragio solo para recuperar la inversión hecha en campaña por el mismo político o por sus padrinos económicos; en sentido contrario, los puestos públicos se ganan con el afán de trabajar conjuntamente: presidente, diputados, alcaldes, representantes y ciudadanía por el bienestar de la colectividad. Y todo marcha más o menos bien en mi país, porque existen reglas claras que nos permiten elegir bien a personas independientes de criterio, que llegan al poder sin ataduras y sin compromisos '.

Y, en medio de su turbación, logró escuchar: ‘Todo ha sido un sueño '; y quien lo despertó le murmuró al oído: ‘Nada de lo que decías aún dormido ha sido verdad. Recuerda que vives en Panamá '.

ABOGADO

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