• 08/02/2016 01:00

La razón crítica del universitario (I)

Cualquiera que ostente el poder en una sociedad democrática, debe recordar que le ha sido conferido por el pueblo 

Cualquiera que ostente el poder en una sociedad democrática, debe recordar que le ha sido conferido por el pueblo, pero este, en cambio, debe controlarlo en todo momento y no tiene por qué abandonárselo ciegamente.

Una elección no es para construir ídolos, sino para colocar en posiciones de responsabilidad a personas con conciencia de servir a la sociedad. De responsabilidad, precisamente, mucho más que de ‘dignidad'.

Pero en la Universidad de Panamá y en otras universidades públicas ese sentido de la responsabilidad es defectuoso: ¿es el rector de una universidad solo responsable ante los habitantes de ella?, ¿lo es un decano o director de centro regional solo ante quienes lo eligen en una facultad o centro?

En una situación pseudodemocrática con un sistema electoral que divide en castas a los universitarios, excluye a egresados y soslaya al resto de la sociedad, la obediencia siempre estará personalizada: quienes salgan elegidos creerán que favorecen, y quienes eligen creerán que los elegidos les deben favores. Padece esta mezquindad la Universidad de Panamá, y sobre ella se ha edificado un sistema clientelar ya colapsado. Desesperados ante esto, los ídolos de pies de barro esgrimen la ‘autoridad' y aducen falta de ‘disciplina', para escarnecer a una institución cuyo nombre evoca todo lo contrario a la egolatría, dogmatismo y autoritarismo en que ha sido subsumida.

Pero el camino hacia el cambio de estructuras putrefactas es escabroso y arriesgado. Quienes pretenden mantenerlas estorban a los que trabajan por el progreso de la conciencia social, ya por confrontación abierta, ora por subterfugios, prometiendo ‘cambiar todo' sin cambiar nada.

Esos son los riesgos del ‘apartheid' disfrazado de democracia, en donde una leve pátina electoral ya no disimula el comercio de favores ni la compraventa de apoyos. Quienes busquen medrar de eso jurarán que los perfiles ya están construidos y que se toman o se dejan, pero no se discuten. Pero el espíritu universitario no da por sentada ninguna verdad, por absoluta que parezca. El Movadup procura promover el espíritu crítico, pues 20 años de dogmatismo y autoritarismo no pueden ser reemplazados por otro mesianismo.

El sistema electoral de la Universidad de Panamá obliga, en el mejor caso, a que haya aspirantes electorales que no puedan presentar su agenda completa, por no perder votos de gente que se promete a sí misma buen pago por su favor; y en el peor caso, propicia que haya desesperados que hagan promesas que van desde becas, kioscos y puestos de trabajo hasta direcciones, jefaturas y dobles o triples ingresos, pasando por ascensos, descargas horarias o nombramientos de familiares o amigos.

Sigue mañana...

*COORDINADOR NACIONAL, MOVIMIENTO DE ADECENTAMIENTO DE LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ (MOVADUP).

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