• 17/12/2016 01:03

Jamones, fracasos escolares y corrupción

De mil encuestados, 135 dijeron que preferían jamones, 165 optó por el pavo y, el resto, 700, pidieron que les dieran un celular

Después del lío de la repartidera de los jamones donde el gobierno de Varela malamente imitó lo que hacía su antecesor, se dio una reunión de urgencia para ver cómo enfrentaban la molesta situación que se generó en algunos sitios donde casi mueren asfixiadas algunas señoras. Desconozco si al amigo Manuel Domínguez terminaron invitándolo

Ordenaron a los expertos gringos que asesoran al Presidente que hicieran una rápida encuesta para determinar cuál era el regalo que más preciaban los panameños de menos recursos les dieran en Navidad. De mil encuestados, 135 dijeron que preferían jamones, 165 optó por el pavo y, el resto, 700, pidieron que les dieran un celular.

Como el objetivo de gobiernos impopulares como el de Nicolás Maduro en Venezuela, es darle circo y pan a la gente para mantenerla entretenida aunque a sus hijos les vaya mal en la escuela y el índice de fracasos aumente y n o tengan mucho que comer, el actual gobierno, siguiendo el estilo populista de Ricardo Martinelli, acordó que para 2017 y 2018, lo que le darán a la gente de regalo serán celulares, ya que son más perdurables que un pavo o un jamón, que en media hora se acaba, mientras que el inalámbrico lo tendrán en uso por muchos meses y así se acordaran mucho más del gobernante, sobretodo faltando cada vez menos tiempo para las próximas elecciones.

Dejando la broma a un lado, es penoso la mezcla de los jamones y el revulú que se formó en su repartición, sumado al ventajismo que una diputada trato de aprovechar con esto, con ayudantes pagadas por ella (algo que no creo), con los fracasos escolares que reportaron esta semana han ocurrido en 2017.

Los dos hechos guardan relación porque reflejan que en lugar de avanzar estamos en retroceso.

Cada vez tenemos un pueblo menos culto y educado, algo que persiguen algunos políticos porque así se manipulan en mejor forma a la gente.

Eso es lo que está formando nuestro sistema de escuelas públicas. Quieren que les regalen pavos y jamones y en el futuro celulares, porque quieren que les obsequien todo. Inclusive que los pasen de grados en las escuelas, aunque no hayan tenido las notas para lograrlo. Todo se quiere regalado.

Hay subsidios para el gas, que muchos sin tener derecho lo usan en lavanderías, restaurantes y residencias lujosas. Hay subsidios para la luz y aprovechan de ello personas que no lo necesitan. Que si la beca universal y el 120 por 60, que por el desorden que tienen siguen cobrando los muertos.

El Estado, en lugar de jugar su papel de promotor se ha convertido en el padre de todo el mundo que quiere que le regalen lo que no hace mucho esfuerzo por obtener.

No importa que el Metro pierda dinero por su tarifa tan baja, pero hay que seguir con esa ridiculez de pasaje para que la gente no se moleste con el gobierno. Antes de fin de año le darán moñas de pan a un balboa, lo cual presagia otra rebatiña madre.

No hay planes para una educación abarcadora. Que integre al estudiante a la sociedad, que lo haga parte de ella. La zanja existente entre los que van a escuela pública y los van a la privada cada día se profundiza más. Con estas diferencias estamos propiciando dos Panamá.

El que lo sigue teniendo todo y vive en su propia burbuja y aquel que, sus carencias, va en aumento, principalmente con las malas herramientas que en su educación le proveen las autoridades nacionales a pesar de los tantos millones que se gastan en el sistema educativo nacional.

Así pasó en Venezuela. Nadie lo quiso ver.

De esa forma nació un Mesías, demagógico, vulgar e irresponsable, del cual Fidel Castro le hizo ver que era una gran líder y que lo reemplazaría a nivel continental tras su muerte (murió antes que el cubano), sólo para beneficiar a la isla tras el derrumbe de la Unión Soviética y aprovecharse de los recursos de Venezuela.

Sigamos con el relajo. Sigamos con la farra. Aprovechemos que estamos en el gobierno, seguirán diciendo algunos, mientras tanto las instituciones se llenan de comején y sigue la repartidera de puestos y recursos sin darse cuenta de que ‘todo poder es efímero y toda gloria es pasajera.'

Serán los responsables de lo que, por su miopía, ayudaron a crear. Y en eso junto a Moscoso, a Torrijos, a Martinelli y al mismo Varela.

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