• 10/01/2017 01:02

Cuando los gobernantes no son consecuentes

 Repetían lo que decía el embajador Feeley: ‘Si quieren seguir su actividad periodística, deben ceder el 51% de las acciones de GESE'.

Si hay algo que más afecta la gestión del Gobierno de Juan Carlos Varela ante la población es su falta de credibilidad; su falta de consistencia en las decisiones que toma. Los paños tibios que utiliza para atender los grandes retos que como mandatario le toca enfrentar. Nos han reiterado con claridad esta triste realidad dos acontecimientos recientes: el inminente cierre de los diarios La Estrella de Panamá y El Siglo y el escándalo de Odebrecht.

Recordamos cuando el pasado abril se destapó el caso de Panama Papers , que involucraba al presidente encargado del partido gobernante y ministro asesor de presidente Varela. La reacción presidencial fue la de tratar de minimizar la responsabilidad que, sobre este alboroto internacional que aún tanto daño nos hace (lista negra de Francia), su copartidario, amigo y donante Ramón Fonseca Mora, había tenido en el asunto. Fonseca solo renunció a sus cargos dos días antes de que explotará la noticia que malamente nos puso en la portada de los principales diarios del mundo, a pesar de que lo que se decía de este asunto casi dos años antes debía ser conocido del presidente de la República.

En el caso de Odebrecht y de los periódicos La Estrella de Panamá y El Siglo la reacción presidencial ha sido totalmente diferente. A pesar de que las noticias sobre la corrupción de la constructora brasileña se hacían públicas, el silencio gubernamental se hacía más cómplice y más difícil de entender. El presidente llegó a decir, cuando le preguntaron por qué no se hacía algo en Panamá, que a él como mandatario ‘solo le preocupaban las obras y los empleos', desestimando la importancia de la corrupción de esa empresa en la consecución de millonarios contratos en Panamá; daba a entender que lo demás era bochinche. Llegamos hasta decir que extrañamente Martinelli era el único Gobierno que no había sido salpicado por la empresa del Brasil.

La realidad le ha chocado en el rostro cuando vemos que desde el Gobierno de Martín Torrijos hasta el presente pueden haberse recibido coimas o sobornos de parte de Odebrecht cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos nos dice que en el sistema financiero de ese país (puede ser más en otras partes) hay constancia de pagos a funcionarios panameños por el orden de 59 millones de dólares. Frente a esta realidad el presidente Varela ha actuado tardíamente; hasta el punto que el panameño mira con desdén las medidas anunciadas en contra de la constructora. En Perú ya hicieron un arreglo para que Odebrecht devuelva dinero de lo pagado en sobrecostos y ha facilitado toda la información que han pedido. En Panamá no sabemos cuándo se les ocurrirá pedir esto.

El manejo gubernamental del cierre de La Estrella de Panamá y El Siglo ha sido lamentable. Dos días antes de que Estados Unidos anunciara la extensión de la licencia para operar de los diarios por seis meses más, el presidente Varela y la vicepresidenta Saint Malo, lamentablemente, parecían voceros de la Embajada de los Estados Unidos. Repetían lo que decía el embajador Feeley: ‘Si quieren seguir su actividad periodística, deben ceder el 51% de las acciones de GESE'. Por eso es que la reacción del Gobierno de decir que por su gestión se consiguió esta extensión ha sido tomada como una burla para la inteligencia de los panameños.

Esta falta de consistencia del presidente Varela frente a estos dos temas, nos hace plantearnos algunas preguntas: ¿será qué algún allegado del Gobierno pretendía hacerse de los populares diarios La Estrella de Panamá y El Siglo si finalmente se veían obligados a cerrar? ¿Será que en la lista de recipientes de coimas y sobornos de Odebrecht se han encontrado miembros del Partido Panameñista o allegados al presidente?

ABOGADO Y POLÍTICO.

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