• 28/04/2017 02:03

Profesionalismo y capacidad de ejecución

Nuestros objetivos estratégicos concretizan los resultados que la institución educativa pretende lograr. 

Cuando los grandes retos globales de la educación afectan nuestra región y nuestro país, rememoro las palabras del mariscal francés Ferdinand Foch, comandante supremo de los Ejércitos Aliados en la I Guerra Mundial, que prestó servicio militar por 53 años y que decía: ‘La verdad es que en el campo de batalla no se aprende. Simplemente se hace lo que se puede, para aplicar lo que se sabe. En consecuencia, para hacer algo y hacerlo bien, es menester saber mucho y saberlo bien'.

Aunque dichas hace un siglo y en tiempos de confrontación militar mundial, las palabras del mariscal Foch cobran un realismo y actualidad impresionantes. En la vida diaria de los ciudadanos, las posibilidades de triunfo profesional están directamente relacionadas al Planeamiento Estratégico para alcanzar los objetivos de educación del país y al aprovechamiento que hayan tenido los estudiantes desde sus estudios tempranos, para aprender mucho y aprenderlo bien.

Por una parte, los planes deben potenciar las ventajas que al final permitan alcanzar los objetivos de la educación. Nuestros objetivos estratégicos concretizan los resultados que la institución educativa pretende lograr. En este proceso de ejecución, las estrategias seleccionadas deben convertirse en acciones concretas, incluyendo las inversiones de capital humano, la organización y capacitación del personal. Este elemento consiste en desarrollar entre sus componentes los vínculos que conduzcan a la formación de profesionales capaces de dirigir al Estado en el futuro.

Para hacer planificación de Estado y no sólo de Gobierno, se necesitan funcionarios públicos con el conocimiento y la capacidad de ejecutar las obras planificadas. Hombres y mujeres de acción, con sentido de orientación hacia el logro de los objetivos y con los valores éticos, morales y profesionales que hagan de su esfuerzo la diferencia entre el triunfo y el fracaso. Hombres y mujeres con la integridad y determinación de lograr los resultados planteados de manera ejecutiva.

No siempre los hombres y mujeres electos o designados por los electos, cuentan con esta importante capacidad de ejecución de los planes estratégicos y trabajo en conjunto para la conducción de las riendas de la Cosa Pública. Por tal razón, los funcionarios de alto nivel de los gobiernos deben ser capaces de identificar las deficiencias, hacer los cambios no solo de personal o líderes de instituciones o estamentos, sino realizar la implementación de los cambios en los sistemas informáticos de tecnología que sirvan a la ejecución de la estrategia de desarrollo y producir resultados tangibles.

El Mariscal de Campo alemán Erwin Johannes Eugen Rommel, fue uno de los más famosos militares durante la Segunda Guerra Mundial, apodado ‘Zorro del Desierto' por su habilidad como Comandante del Afrika Korps. A nivel táctico era un líder sin igual, tenía la capacidad de ‘leer' el terreno, anticipándose a los planes del adversario y maniobrando con gran precisión. Rommel solía decir que ‘Si un Jefe u Oficial, situado en una posición clave, despliega menos esfuerzo que de él se espera, o carece del sentido común para resolver los problemas administrativos y del combate, debe ser separado de su cargo sin pérdida de tiempo.' Rommel tenía un alto concepto de las operaciones de guerra ‘relámpago' (Blitzkrieg). Para ejecutar dichas operaciones requería de Comandantes con alta preparación militar, experiencia en combate y capaces de ejecutar las complejas misiones con unidades blindadas. Sólo a éstos asignaba tan importantes misiones de combate.

Lamentablemente en los tiempos difíciles del Estado, en particular los actuales, algunos empleados públicos no demuestran tener la capacidad para tomar decisiones y ejecutar las funciones y misiones a ellos asignadas. Las estrategias, aunque pueden estar bien concebidas y administradas, deben mantener independencia en su autoridad. Por otro lado, los funcionarios deben estar revestidos de otras condiciones y cualidades de liderazgo y efectividad, en especial en instituciones como el IDAAN, las Aduanas, Educación, Salud y Obras Públicas entre otras, que en materia de ejecución son de vital impacto en los resultados de la gestión del Estado.

A pesar del reclamo popular por un mayor cumplimiento de las promesas electorales o por la solución de problemas sobrevinientes, muchas veces pesan más los compromisos políticos que el nivel de ejecución de los empleados públicos. Nunca hemos puesto en dudas la capacidad de los funcionarios de alto nivel del Gobierno. No obstante, rendimientos de cuentas periódicos serían convenientes. Así sabríamos de aquellos funcionarios que no demuestran el conocimiento profesional para los cargos que ostentan ni la capacidad de ejecutar planes administrativos, operativos y presupuestarios que de ellos se esperan. Así sea.

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