• 26/01/2018 01:02

Diógenes de la Rosa en el recuerdo

‘Los rectores de la educación panameña no deben olvidar a este insigne intelectual y patriota'

Al cumplirse un aniversario más del natalicio de ese gran intelectual, doctor Diógenes de la Rosa, medito sobre su valiosa amistad, la cual me brindó durante varias décadas, hasta cuando se extinguieron, lamentablemente, sus signos vitales, en momentos en que nuestra República esperaba mucho más de su rico talento e inteligencia.

Diógenes de la Rosa fue un distinguido habitante que nació en los albores de nuestra separación de Colombia, en los inicios del siglo pasado, con el honroso calificativo que siempre pudo reconocerle sus grandes atributos intelectuales y orientadores de nuestro devenir histórico, reconocido por el profesor Rodrigo Miró como quien siempre fue el panameño que dejó su saber en numerosas instituciones del Estado.

Miró, hijo de aquel que sintió nostalgia por la Patria, tenía razones suficientes como historiador y amigo de su generación para tenerlo en muy alto concepto; quién más si no él que podría dar fe de su testimonio, cuando le dedicó un escrito en el aniversario de su nacimiento, celebrado a los 90 años.

Posteriormente, transcurridos cuatro años, la Universidad de Panamá, en su paraninfo y con la rubrica de sus máximas autoridades, le otorga el Premio al máximo intelectual de ese año, merecido sin duda.

Fue entonces que tuve el honor de escuchar al Licdo. Eligio Salas, exrector de esa Alta Casa de Estudios, en un enjundioso discurso, dedicado para la ocasión, en que resaltó los méritos del homenajeado con estas palabras: ‘El que sabe, sabe vivir'.

Permítaseme una anécdota oportuna citada por Salas en este acto en el sentido de que cuando en uno de los encuentros de temporada de verano que acostumbra realizar la Universidad de Panamá, en que se invitaban expositores de otras latitudes, Hugo Víctor, distinguido ingeniero y educador de todo mi aprecio, se puso de pie para formularle al doctor de la Rosa la pregunta ‘¿es Ud. marxista o no?'.

Como era de esperarse en un hombre de tanta capacidad intelectual, Diógenes se limitó a contestarle: ‘No lo sé'.

También Salas destacó este principio socrático de respuesta de Diógenes.

No me cansaré de repetir que Diógenes de la Rosa, ciertamente me tendió la mano cuando las autoridades zoneítas me impidieron en adelante continuar residiendo con mis padres en Paraíso que ha pasado a ser área revertida.

Allí, con él en un modesto despacho de la Presidencia de la República, me nutrí de su saber y puedo dar fe de que no sufrió de vértigo en ningún momento de aquel período presidencial de don Ernesto de la Guardia, que ha pasado a la historia al lado de los grandes estadistas que ha tenido nuestro país.

Los rectores de la educación panameña no deben olvidar a este insigne intelectual y patriota.

ABOGADO Y PERIODISTA.

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