• 14/04/2018 02:00

Gracias, señor De la Iglesia

‘¿Habrá un presidente valiente que proponga convertir al Idaan en una Autoridad, con el mismo diseño exitoso de la ACP?'

El agua es un tema de Estado y quisiera aportar un dato para poner las cosas en perspectiva: en proporción a nuestro territorio y población, somos el quinto país con más lluvia y el segundo con más agua del mundo. En América Latina, somos el mayor consumidor.

Juan Felipe De la Iglesia, director del Idaan, compareció el 20 de marzo ante la Asamblea Nacional. Mientras explicaba nuestros retos con el agua, hizo referencia a una ‘epidemia de piscinas en los barrios marginales'. Asumo que su comentario perseguía brindar un ejemplo sobre nuestra cultura de despilfarro.

Como ya saben ustedes, el señor De la Iglesia provocó un explosión de críticas. ‘Marginal' fue trending topic en redes sociales y el adjetivo quedó posicionado en la mente de nuestra población. Sin desearlo, De la Iglesia brindó la impresión de ser insensible y distanciado de las bellas peculiaridades de nuestros barrios populares. La diputada Gómez no desaprovechó la oportunidad de subrayárselo.

Cualquier especialista en relaciones públicas argumentaría que el resbalón de De la Iglesia, constituyó un desastre para su imagen personal y la de su institución. Yo creo lo contrario. ¿Por qué? Considero que hay que agradecerle. El incidente nos brinda una oportunidad genial para mejorar el nivel de conciencia sobre el problema.

La mala gestión del agua, nos lleva a extremos despiadados. Por un lado, todos los años, entre octubre y noviembre, inundaciones causan estragos en Colón, como lo reporta siempre la periodista Delfia Cortés, oriunda de esa región. Por otro lado, todos los años entre febrero y marzo, el ganado muere de sed en Azuero, como lo reporta siempre Álvaro Alvarado, periodista oriundo de esa región. ¿Hay una mejor manera de ilustrar un contraste?

En la escuela aprendimos que el mar se evapora, produce nubes y estas lluvia. En Panamá, de cada 1000 litros de lluvia, 140 los usamos para producir electricidad, 25 para que el Canal funcione, 3 para agricultura y 2 para consumo humano. Los 830 litros restantes, regresan al mar. Podríamos acumular parte de esos 830 litros, si organizáramos más embalses, pues solo tenemos cinco: Fortuna, Bayano, Gatún, Alajuela y La Estrella. Por tanto, no hay escasez de agua, sino una mala gestión del recurso y deforestación.

Los panameños matamos árboles para cocinar con leña, producir ebanistería, construir viviendas, así como para crearle espacio a cultivos, ganadería e industrias. El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y el señor Olmedo Alfaro, desarrollan una iniciativa para mitigar el problema, enfocándose en especies clave. ¡Enhorabuena!

El Canal de Panamá hasta ahora se ha salvado de la deforestación, porque la cuenca que lo rodea está protegida. Con menos árboles habría erosión, sedimentación de los lagos y, por tanto, menor calado (la profundidad requerida para el tránsito). ¡Cualquier lunes, amaneceríamos con la noticia de que los buques no pueden cruzar!

La cooperación técnica y ayuda internacional para la adecuada gestión del agua, está disponible. Israel, un desierto con gente innovadora, cuenta con experiencia en el tema y puede asesorarnos. Holanda, un pantano bajo el nivel del mar en una esquina gélida de Europa con ciudadanos muy trabajadores, puede aconsejarnos. Corea, un país hecho cenizas hace 60 años por una guerra civil, ahora es la cuarta economía de Asia y tiene mucho que enseñarnos sobre agua. Los embajadores Artzyeli, Janssen y Bahk, seguramente anhelan colaborar.

Todos los Gobiernos se enfrentan a la dificultad de transformar el Idaan, porque la palabra privatización se asocia con precios altos o con abusos de parte del proveedor. Dicho eso, a un año de la elección, yo pregunto: ¿habrá un presidente valiente que proponga convertir al Idaan en una Autoridad, con el mismo diseño exitoso de la ACP?

Gracias, señor De la Iglesia.

INVESTIGADOR DE MERCADOS.

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