• 26/04/2018 02:02

Si yo fuera israelí

‘Israel ha surgido del encuentro entre el individuo y la sociedad y sobre su suelo se combina la tradición con la innovación'

Un país antiguo y nuevo, pequeño, pero con una gran proyección universal. Un lugar en que Oriente se encuentra con Occidente, en que el pasado y el presente se tocan y en el que las ideologías dan forma a estilos de vida diferentes, es Israel. Con una gran variedad de paisaje y una heterogénea y culturalmente activa población de aproximadamente seis millones de habitantes, Israel ha surgido del encuentro entre el individuo y la sociedad y sobre su suelo se combina la tradición con la innovación.

Si Yo fuera israelí, me sentiría orgulloso de haber nacido en una tierra con más de 5700 años de historia; de pertenecer a un pueblo que —a pesar de siglos de dispersión— nunca interrumpió ni olvidó su vínculo con esa tierra donde constituyó su identidad cultural, religiosa y nacional. Si Yo fuera israelí, me habría formado bajo un sistema educativo que pretende preparar a los niños para que se transformen en miembros responsables de una sociedad pluralista, basada en tradiciones ancestrales, en los principios de libertad y tolerancia y en la que coexisten personas con diferencias étnicas, religiosas, culturales y políticas. Si Yo fuera israelí, no dejaría de haber prestado el servicio militar obligatorio ni el de reserva.

Si Yo fuera israelí, habría participado en la Guerra de los Seis Días (junio de 1967) en el frente norte, en las Alturas del Golán, en defensa de la soberanía e integridad nacional del Estado de Israel. No me cabe la menor duda de que habría sido un soldado más de los que repelieron el ataque sorpresivo del 6 de octubre de 1973 y conocido como la Guerra del Yom Kipur. Si Yo fuera israelí, habría apoyado los Acuerdos de Camp David (septiembre de 1978), que contenían un marco para una paz comprehensiva en el Medio Oriente, que incluyó una detallada propuesta para el autogobierno de los palestinos, y el tratado de paz (26 de marzo de 1979), entre Israel y Egipto, que puso término a 30 años de beligerancia entre ambos países al retirarse Israel de la península del Sinaí.

Si Yo fuera israelí, estaría siempre preparado para la defensa del país, sin menoscabar la lucha por la paz. Combatiría toda estructura política-ideológica que ondeara la bandera del terrorismo, tanto dentro de Israel como más allá de sus fronteras. Si Yo fuera israelí, estoy seguro de que votaría en las elecciones por el Partido Laborista. No quiero decir con esto que sería laborista; simplemente votaría con ellos, porque considero que siempre han sido una opción; y habría llorado, junto con millones de israelíes, la muerte de Isaac Rabín, el soldado estadista que salió del campo de batalla para conducir a la nación por el camino de la paz.

Si Yo fuera israelí, no obligatoriamente tendría que ser judío; ya que no es una condición sine qua non ser judío por el solo hecho de haber nacido en el Estado de Israel. De haber nacido en esa hermosa tierra, habría pedido haberlo hecho en la cima del monte Carmelo, en Haifa: la más acogedora ciudad sobre la costa del Mediterráneo. Mas no ha sido así. Nací en una nación con tradiciones y costumbres diferentes, con una historia reciente; en constante lucha por mantener su identidad y conquistar su verdadera independencia.

Soy, al igual que la mayoría de los panameños, portador de un gran sentimiento de solidaridad. Por eso, hoy, celebro el jubileo de la formación del Estado de Israel, después de medio siglo de independencia. A través de todos estos años, los israelíes han logrado crear una identidad propia que se refleja en una sociedad estable, con una cultura política basada en el entendimiento entre los diversos grupos sociales comprometidos con sus valores fundamentales: un Estado judío en su patria ancestral, un Gobierno democrático, constante inmigración y obtención de la paz con sus vecinos.

La capacidad de los israelíes de construir un Estado propio y la experiencia que han sabido legar a la humanidad, deben ser elogiadas y emuladas por los hombres de todas las latitudes. ‘Nuestro lugar en el mundo como un pueblo libre será asegurado si contribuimos a construir un mundo mejor, más justo y benévolo. Debemos contribuir a difundir la justicia y la paz entre las naciones no por nuestra riqueza, nuestro poderío o por ser un pueblo numeroso, sino a través de nuestra vida ejemplar. Pero solo ganaremos la paz', David Ben Gurión.

*NOTA : de Irina de Ardila

[...]

El 26 de abril, la Embajada de Israel celebrará el 70 aniversario de la existencia del Estado de Israel. Además es la fecha del fallecimiento de José. Estoy absolutamente segura de que José Ardila no dejaría pasar este importante aniversario sin enviarte un escrito. Yo busqué un escrito suyo con motivo del 50 aniversario que no ha perdido actualidad para nuestros días.

Me encantaría si lo publicaras como homenaje al Estado de Israel y a nuestro siempre amantísimo José.

Mil gracias,

Irina

DOCENTE UNIVERSITARIO.

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