• 13/11/2018 01:02

Una pasión llamada Periodismo

Ser periodista en Panamá no es tarea fácil y más para quienes desde las aulas deseamos cooperar.

Ser periodista en Panamá no es tarea fácil y más para quienes desde las aulas deseamos cooperar. Lo expreso por la poca acogida que le dan muchos medios a las personas que desean publicar sus escritos. Ruego para que en los medios de comunicación se aplique la doctrina administrativa que reina en la Autoridad del Canal de Panamá. Me refiero a la oportunidad que tienen los barcos para hacer el tránsito por la vía interoceánica. Allí, quien llega primero, pasará primero, pero, eso no se aplica con los escritos que llegan a las redacciónes de los periódicos. Muchos se duermen por semanas y meses y cuando se le encuentra un espacio ya lo dicho perdió vigencia.

Leo las páginas de opinión; allí me doy cuenta de que algunos colaboradores tienen sus espacios asignados, sea por semana, quincena o mes. También se da la constante repetición de algunos autores. Lo anterior le resta oportunidad a quienes, como nosotros, los estudiantes de Periodismo, deseamos exponer nuestros pensamientos sobre temas que causan revuelos y sobresaltos. Ni hablar de los medios que se venden al mejor postor y no cumplen con la tarea principal de informar, dejando al periodista entre la espada y la pared, apoyando o criticando algo sin estar realmente de acuerdo.

La vida de muchos colegas es tortuosa. Observo a una prensa polarizada, donde algunos medios defienden a quien nos gobernó en la administración pasada, mientras que otros lo desprestigian y lo atacan, igual pasa con el Gobierno actual. No sé hasta dónde el señor Martinelli sea culpable, pero, como defensor de la presunción de inocencia, abogo por un juicio justo y con las garantías procesales. Lo que me entristece es esa prensa extremista, sea para defender, sea para atacar.

Pese a todo esto y muchas cosas más, algunos valientes decidimos escoger el Periodismo como profesión; somos los que ponemos una pasión por encima de lo monetario. Muchos no reciben apoyo cuando deciden entrar a este campo; frases fuertes, como ‘te vas a morir de hambre' o ‘eso no paga bien', son comunes en Panamá, incluso, en las aulas de clases y son mucho más dolorosas cuando vienen de casa.

Después de terminar la carrera y de tener el privilegio de llegar a un medio de comunicación, muchos se olvidan de aquello que los llevó a perseguir su sueño y de los principios básicos que debe seguir un buen periodista. No hay nada peor que traicionarse a uno mismo. ¿Cómo se sentirá aquel joven emprendedor después de convertirse en un periodista sin ética y para colmo manipulador? Creo que es una pregunta que hay que tener presente en esta profesión.

Es posible que algunos se jubilen después de muchos años de trayectoria, sin conocer el poder real que tuvieron en sus manos. También habrá los que al final del camino profesional se lamenten por tanta basura expuesta, la cual dañó reputaciones. También encontraremos a quienes se sentirán valiosos e importantes, luego de su actuar correcto sin comportamientos tóxicos y nocivos. Tal como lo dijo un docente de la Facultad de Comunicación Social, tenemos que resucitar la Ética Periodística. Valoremos y dignifiquemos esta hermosa profesión para recuperar la credibilidad que parece perdida. Los tiempos son difíciles y cada día aumentan los comentarios negativos sobre la profesión de informar. Que cada uno de nosotros se convierta en el nervio que busca adecentar el noble apostolado de informar, educar, entretener y orientar.

ESTUDIANTE DE PERIODISMO DE LA UP.

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