• 07/09/2019 02:01

El diablo

‘Lope de Aguirre (1513-1561) es de los protagonistas más asediados en la conquista española de América'

Lope de Aguirre (1513-1561) es de los protagonistas más asediados en la conquista española de América. La vida alucinante, la crueldad del personaje, es tan trágica que supera el horror de una narración o drama.

Sender, Otero Silva, Posse y Ospina, los abordo como lector insaciable.

Lope de Aguirre, tiñe de sangre la Amazonia y el litoral venezolano. El rebelde, el héroe de la antiepopeya, el tirano, el demonio, el loco, el peregrino, la ira de Dios, príncipe de la libertad, el traidor, caudillo de los marañones son calificativos que intentan definirlo.

Aguirre, el vasco, es domador de potros, está en Panamá en 1535, de pequeña estatura, cerceño, de fuerza descomunal, cojo por acción bélica, de aire atravesado, habla de modo corrosivo, el tono de la voz es pendenciero; de temperamento audaz es figura compleja y grotesca; lo vigila todo con una mirada penetrante que causa pavor, la rapidez mental es asombrosa. Mata y miente sin vacilaciones, implacable, de infernal violencia. Odia a los jefes, ricos, a los triunfadores; teje su trama en una tropa carcomida por la impaciencia.

Abel Posse, lo analiza en el sentido arcaico y autocrático del poder, el poder nace de la usurpación y de la infamia. Francisco Herrera Luque, el psiquiatra venezolano, lo llama personalidad psicopática, en Los viajeros de Indias.

Desde el Siglo XVI existe un creciente interés por el personaje de historiadores, escritores, psiquiatras, sociólogos y guionistas cinematográficos. El terror personal que Lope de Aguirre genera, trasciende distintas latitudes y tiempos históricos.

La odisea de Aguirre se inicia con el virrey del Perú, Marqués de Cañete, cuando designa, en 1559, a Pedro de Ursúa la búsqueda de los tesoros de los Omaguas en el mítico reino de El Dorado. Ursúa somete con saña y traición a los negros cimarrones y a su cabecilla Bayano en Panamá. El propósito oculto del Marqués de Cañete, es alejar a los más peligrosos y violentos hombres del virreinato, la intención es que la selva, aniquile su espíritu levantisco.

El Amazonas, en especial el río Marañón, es el itinerario de los crímenes de un grupo de forajidos, una galería de canallas, oleaje de descontentos en pos de las ciudades del oro.

Los Marañones, de Lope el peregrino son hombres, alacranados, resentidos y codiciosos de fortuna. Aguirre en ningún instante se engaña, el único y verdadero reino de El Dorado es el propio Perú y hacia él dirige las ambiciones y energías. Levanta, la bandera de la rebelión contra el monarca Felipe II y corona a Fernando de Guzmán, como príncipe del Perú y Tierra Firme. Luego lo asesina, como lo hace con Pedro de Ursúa e Inés de Atienza y más de 72 españoles, incluso a su propia hija. La locura homicida se opone a la autoridad real. Aguirre considera injusto que se les arrebate los frutos de la conquista por la corrupta administración colonial, así lo hace constar en la famosa carta a Felipe II, ‘nos han usurpado y robado nuestra fama, vida y honra'. El rebelde plantea la insurrección irreductible contra la Corona española.

El caudillo denuncia Las leyes de Indias, que enmascaran la rapiña e inicia la siniestra odisea de muerte, tales son las devastaciones que cinco siglos después aún la imaginación de los pueblos no lo deja morir.

Aguirre el loco recorre el Amazonas y llega hasta la isla de Margarita, azota cual huracán las costas de Venezuela, el plan es seguir a Nombre de Dios, cruzar el istmo panameño y tomarse el Perú.

El traidor, de secreta y poderosa voluntad posee el diabólico don que le permite descubrir los escrúpulos de sus enemigos, todo aquel que no le inspira confianza es eliminado, su brújula es el odio. Abel Posse, en Daimón, afirma que un traidor debe traicionar, incluso a sus cómplices y a sus muertos.

El antihéroe desafía el poder real y, a pesar de la sentencia condenatoria del Tribunal de la Audiencia de Santo Domingo y de la prohibición de Felipe II de nunca más citar su nombre, él siempre se actualiza, encarnado en los autócratas que gobiernan hoy la América criolla. Miguel Otero Silva, comenta: ‘aún en los llanos de Venezuela y en los montes de la isla Margarita, el silbido de la tormenta es mi voz, mis cabellos son una tea encendida que los vientos no apagan, mis pies son llamas errantes que pasan sobre los pajonales sin quemarlos, mis manos tremolan una bandera negra signada por espadas rojas de sangre'.

El traidor vive en cada acto de corrupción, en cada crimen y en la maldad de los Aguirre que siembran la zozobra y el terror en nuestra América, así lo hace el asturiano José Tomás Boves, en Venezuela en tiempos de Bolívar. Boves, la cólera de Dios, es cruel y sanguinario, de instintos asesinos.

La serpiente sin ojos de William Ospina ve al Amazonas como una selva fecunda en leyendas y enigmas. Las aguas frías y el fuego de los relámpagos procrean una telaraña de embrujos, inexplicable para los seres oceánicos llegados de Europa, allí se da una aventura de ignominias, hombres brutales viven la hora de las cuchilladas sangrantes, diez hombres matan a Pedro de Ursúa: son hombres de piel afiebrada por el odio.

Los autores: Sender, Ramón J. La aventura equinoccial de Lope de Aguirre. Otero Silva, Miguel. Lope de Aguirre, Príncipe de la Libertad. Posse, Abel. Daimón. Ospina, William. La serpiente sin ojos. Los textos son extraordinarios por los matices psicológicos de un personaje infernal.

Sender con estilo de crónica testimonial, usa un rico lenguaje descriptivo. Otero Silva de prosa poética con chispeantes y sutiles parlamentos, introduce todos los géneros en el diseño literario. Posse desarrolla un monólogo fantasmal entre Lope de Aguirre y las víctimas. El estilo es dramático con lenguaje cortante, al escapársele destellos poéticos adquiere mayor fluidez. Ospina seduce con las metáforas y perfiles subyacentes.

El lector es un activo protagonista en el intrincado universo de las ambiciones humanas. Vidiadhar S. Naipul precisa nuestros países llenos de laberintos e historias tienen tal realismo que describirlos fielmente en la ficción podría resultar imposible. La vida de Lope de Aguirre, tiene tal realismo que la ficción no lo alcanza.

DOCENTE, HISTORIADOR Y ESCRITOR.

‘Aguirre, el vasco, es domador de potros, está en Panamá en 1535, de pequeña estatura, cerceño, de fuerza descomunal, cojo por acción bélica, de aire atravesado, habla de modo corrosivo, el tono de la voz es pendenciero [...]'

‘Los autores: Sender, Ramón J. La aventura equinoccial de Lope de Aguirre. Otero Silva, Miguel. Lope de Aguirre, Príncipe de la Libertad. Posse, Abel. Daimón. Ospina, William. La serpiente sin ojos. Los textos son extraordinarios por los matices psicológicos de un personaje infernal'

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