• 25/10/2019 00:00

Hace 42 años… ¡Los vamos a enterrar! ¡Y eso lo vamos a ver!

Ya en el parque de Santa Ana aquel 18 de octubre, el “cortocircuito” se volvió a presentar, cuando el Guaykucho y el FER-29 se opusieron a que Carlos Iván Zúñiga, a nombre del Movimiento de Abogados Independientes, se dirigiera a los presentes.

Ya en el parque de Santa Ana aquel 18 de octubre, el “cortocircuito” se volvió a presentar, cuando el Guaykucho y el FER-29 se opusieron a que Carlos Iván Zúñiga, a nombre del Movimiento de Abogados Independientes, se dirigiera a los presentes. Logramos que hablara y hablaron también los dirigentes estudiantiles, sin sectarismo. La manifestación dejó a todos tan engolosinados que prometimos volver ese viernes 21 de octubre, antes del Plebiscito, con otra marcha a reafirmar el voto NO A LOS TRATADOS.

Esa misma semana acusamos a Omar Torrijos de tener “un pacto secreto con Carter” (“Gentleman's Agreement”) en el programa el Cañonero de Domplín. Al terminar nuestra intervención recibimos una llamada en la cabina de la emisora La Exitosa: “Habla el Viejo”. “¿Qué viejo?”. “El general Torrijos”. “Dígame, general”. “¿Quién te habló de ese pacto?”. Le contesté: “El Dr. César Quintero”. Me dijo, “tienes buenos profesores”. Le pregunté: “¿y cuándo piensa hablarle al país de ese pacto?”. “Pronto”, me contestó. Le riposté: “no lo haga el último día, cuando ya no podemos pensar”. “No te preocupes. Lo haremos antes”.

Ese mismo día me llamó el coronel Roberto Díaz Herrera para anunciarme que el último programa de televisión que grabaríamos sería en TV-2 de una hora y que podíamos invitar a los abogados independientes. Invitamos a Mario Galindo, Carlos Iván Zuñiga, Carlos Bolívar Pedreschi, Julio Linares, Diógenes Arosemena y otros que la memoria se niega a recordar y varios dirigentes estudiantiles. Al cabo de la hora se nos informó que tendríamos una hora más. El programa fue brillante por las ponencias jurídicas, políticas, históricas y nacionalistas.

En ese fin de semana se redobló el volanteo de los distintos grupos del SI y los del NO. Nosotros, los del Círculo Camilo Torres, habíamos saltado la Universidad:

1-. Publicamos en la imprenta universitaria más de 100 mil volantes tipo cuartilla. 10 000 autorizadas y 10 000 por debajo, cada semana.

2- Organizamos con Gumercindo Domínguez, el CORREO NACIONALISTA a espalda de la empresa de valijas donde trabajaba. Distribuía las volantes semanalmente en los distritos de las provincias centrales.

3-. Publicamos con el amigo prensista Alejandro Pérez García, 25 000 ejemplares de la CARTA DE ARNULFO ARIAS, enviada desde Miami pidiendo el VOTO NO.

4-. Imprimimos 25 000 ejemplares para finalizar la campaña de publicidad del Círculo Camilo Torres con LAS 50 RAZONES PARA VOTAR NO. Tarea política que le solicitamos al profesor Humberto Ricord.

El viernes 21, luego de la segunda Marcha de Los 4 Gatos al parque de Santa Ana, Omar Torrijos se presentaba en una cadena nacional de radio y televisión para pedirle al pueblo panameño el VOTO SÍ a los Tratados que se habían podido negociar. Torrijos había cumplido con su palabra.

El domingo 23 de octubre se abrieron las mesas de votación. Los jurados que contaron los votos eran maestros y funcionarios. La oposición no participó en las mesas. Ese día NO LLOVIÓ, como lo anunció Torrijos en la plaza 5 de mayo, aquel 9 de septiembre de 1977.

El movimiento opositor a los Tratados, nada hizo ese domingo. La votación se llevó con toda tranquilidad. El conteo se prolongó por varios días. Las portadas de los periódicos del Gobierno se contradecían con los resultados. Y finalmente el Tribunal Electoral anunció que los Tratados habían sido aprobados por 67 % votos SÍ y 33 % de votos NO. Las palabras del jefe negociador en el Paraninfo Universitarios a finales de septiembre: “LOS VAMOS A ENTERRAR CON 800 MIL VOTOS SÍ”, no se hicieron realidad, pero, las palabras “Y ESO LO VAMOS A VER”, sí.

Septiembre y octubre de 1977, fue una gran jornada política. Un puñado de estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá contagiaría a los universitarios y a la ciudadanía a que se levantaran en una lucha desigual de 35 días para derrotar al Gobierno y a su aplanadora. Se había logrado EL VERANILLO DEMOCRÁTICO que abrió para esos días y también para después, las libertades democráticas que, poco a poco, Torrijos fue impulsando en todo el país.

A 42 años de aquella jornada, vale la pena recordar esos días como ejemplo de ideales compartidos que luego se disiparon con nuestros egoísmos, enanismos políticos y sectarismos ideológicos. De nada nos arrepentimos. Hicimos nuestra lucha. Luchamos por lo que creíamos. Al final, Panamá ganó con el SÍ y con el NO. Omar Torrijos entró a la historia, pero no entró al Canal de Panamá ni saboreó las mieles del Canal. Otros se las comen y las saborean.

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