• 10/05/2020 00:00

Al oído del presidente Cortizo

Usted heredó una economía en ruinas y encima la pandemia. Vivimos una psicosis colectiva producto del miedo, incertidumbre, dudas científicas, la sobresaturación de información y de que, así como antaño mi primo y jefe Omar Torrijos decía que “en Panamá todo el mundo era especialista en el Canal”, hoy, “todo el mundo es especialista en COVID-19”.

Usted heredó una economía en ruinas y encima la pandemia. Vivimos una psicosis colectiva producto del miedo, incertidumbre, dudas científicas, la sobresaturación de información y de que, así como antaño mi primo y jefe Omar Torrijos decía que “en Panamá todo el mundo era especialista en el Canal”, hoy, “todo el mundo es especialista en COVID-19”. En el centro de ese torbellino, sí o sí, usted tiene que cargar un tsunami en su cerebro, ya que está obligado a respondernos a todos por lo que se haga o no a nivel de Gobierno. Es indudable el esfuerzo que usted hace, que es público. Innegable igualmente que ha logrado integrar el equipo a su mando, joven en promedio, con el déficit de su falta de fogueo político (¡tan necesario siempre!), pero a la vez produciendo una “escuela generacional de relevo” -que tanta falta hace en medio de un conglomerado político muy gastado y poco creíble-. Hay que destacar, y ya se ha hecho suficientemente, el gran esfuerzo del grupo interdisciplinario de salud que rodea sobre todo a la ministra Rosario Turner y al director del Seguro Social, Enrique Lao.

¿Dónde están los puntos vulnerables de su Gobierno que de un modo u otro zumban por las redes sociales, con buena o mala fe? Quejas por los bonos solidarios -que por el tamaño de nuestra economía es casi imposible que alcancen para todos los que lo necesitan, y en la medida de sus aspiraciones. Eso es comprensible y todos, con las explicaciones adecuadas, pueden entenderlo, aunque no les guste. Lo otro, la falta de cultura de tantos que incumplen las reglas de cuarentena y tienen a nuestros policías trabajando extra, con tanta fatiga y estrés, más de las que ya tienen con la situación inédita y sin plazos fijos. Pero, lo que le es obligante señor presidente es cuidar -y pareciera que allí tiene un flanco muy débil a nivel del Gobierno central- es lo que usted prometió al estrenar su Gobierno: “Escuchen bien… Ningún interés individual… político o económico… jamás estará por encima de los intereses nacionales… ¡Y no son negociables!”.

Otras frases importantes en su toma de posesión: “Venimos de una década perdida… De corrupción… De improvisación… De robarse el dinero de los panameños”.

Ese discurso, sencillo y emotivo, ¡no permita que se lo lleve el viento!... vientos huracanados se han llevado muy recientemente las palabras, promesas y juramentos al menos de dos mandatarios que lo antecedieron. No entre jamás en esa lista. Sus promesas solo tienen diez meses.

Las redes sociales recogen desde insultos, difamaciones, mentiras y medias verdades, hasta realidades, al menos relativas, que los grandes medios locales se cuidan en titular. Y, usted lo tiene que saber, lo saben sus familiares, sus ministros, sus colaboradores, que esas redes están hoy calenturientas y subidas de tonos, como no lo había observado en ninguno de los regímenes pasados, tan pronto; a tan poco tiempo de inicios de un Gobierno. ¿En qué centran sus flechas? Corrupción, contratos no sustentados en realidades, necesidades y costos. ¿Son falsas percepciones? Es posible, y usted tiene las herramientas para indagarlo.

Recuerde, como decía ese gran maestro, tan poco estudiado en sus justas dimensiones (“a los personajes de la historia hay que observarlos muy de cerca y juzgarlos muy de lejos”), el general Omar Torrijos Herrera. Presidente Cortizo: “Hay dos verdades: la verdad lógica y la verdad agradable” ¡Los mandatarios -y lo sé porque estuve bien al lado del que lo fue por más tiempo en Panamá- los buscan llenar de verdades agradables! Evítelo; prefiera al que le disgusta con lo que a veces tiene que decirle, que al que le dice a cada rato: “te felicito Nito, que gran labor la tuya”. Prefiera traer al día de hoy, otra frase de Omar: “díganme lo malo, que lo bueno ya lo sé” (lo bueno se lo decían al general sus ministros).

Finalmente, apóyese que aún está a tiempo, y no deje que ese tiempo se le pase, en la otra frase que nos impactó de su discurso inaugural y el tono en que lo dijo, al pedirle a sus funcionarios: “No mentir, no hacer trampa, no robar”.

Abogado, militar retirado.
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