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- 14/04/2021 00:00
La segurísima AstraZeneca de Oxford
Miren, muchachos nuevos, la AstraZeneca es segura, y el Reino Unido (mi sentido pésame a los ingleses que se lo merezcan, especialmente a la reina Isabel II de Inglaterra, por la muerte de su consorte, el príncipe Felipe de Edimburgo), ha vacunado a 20 millones de ingleses y solo ocho han tenido problemas. O sea que, el 0.000.000.039 se la llevó como el verso de Escalona. O sea que, una vulgar aspirina, una eskapar o cualquier medicamento, le puede causar trastornos.
Por eso, familiares que tengo en EE. UU., uno de ellos, destacado científico, me han asegurado que la AstraZeneca es segura. Lo que está pasando es que Rusia quiere vender su producto, que es bueno, pero no va a poder, porque la Unión Europea sabe lo que hace y sospecha de las pretensiones de Rusia y China.
El incendio, nada casual, en el enormísimo laboratorio hindú, en donde se producen por millones de millones las inyectables AstraZeneca Oxford contra el bicho (21 enero 2021, estalló un fuego investigado) como que se une con el misterio del origen del virus que Trump dijo que fue creado en China.
El mercado de las vacunas anti-COVID-19 está que arde. Pero una sociedad con capacidad de crítica y autocrítica reflexiva como la Unión Europea será difícil de confabular. No le ponga “cuida'o” Ud., acá en Panamá, a los tenebrosos comunistas y “trábese” la AstraZeneca, la Pfizer o la que venga. (Panamá debe imitar a Alemania, que le dijo a los rusos: “Sí, sí, sí, se las compro, pero dejen que la Unión Europea la apruebe”). Y ahora más, que los gringos tienen pereza de vacunarse y que por eso Biden pueda que nos mande un par de cajetas con vacunas y jeringuillas. Allá en Tambo, un nuevo compadre que tengo dice que si le ponen una vacuna de “agua de masa”, él la acepta. ¡Qué carajo!
Por el mismo lado, ahora que mi dieta ascendió, porque estamos comiendo arroz con frijoles con un huevo encima, me dan una clase de sueños, como cuando amanecí siendo diputado de la Unión Europea, y recuerdo que casi no pude proponer, porque estaba sentado entre un francés y un español y no soportaba el mal olor del mismo grajo que trajeron a la América. Sin embargo, con la nariz tapada, propuse la medida de que, por 25 años, no se le comprara ni un matamoscas a China y ni una sola botella de Vodka a Rusia.