• 24/06/2021 00:00

Aprendiendo de la experiencia chilena

“No se ha cumplido ni se está interpretando, en toda su gravedad, el clamor de nuestros pueblos. Estos reclaman que se cumpla la libertad […]”

La votación en Chile, con 47 y medio de abstención, me ha hecho reflexionar lo siguiente. Creo que el subconsciente colectivo latinoamericano y el surgimiento de creciente participación política individual, no por medio de partidos políticos, indica o manda un mensaje bastante claro de que los ideales de la Independencia de España no se han cumplido y que, por tanto, esa aspiración de libertad aún no se alcanza. Las estructuras de tenencia de la tierra siguen intactas de como existían en la Colonia. Los latifundios improductivos, que tampoco pagan su valor impositivo, prevalecen y en algunas regiones aún se aplican los sistemas atentatorios contra la dignidad humana de Encomienda o Mita.

Los grupos oligárquicos, que heredaron de España fortuna y bienes, la mantienen intacta y creciendo, muchas veces con prácticas injustas, como la evasión de impuestos, el no pago de las cargas sociales correspondientes, la evasión fiscal mediante la tercerización de las ganancias, la corrupción desarrollada con prácticas de cohecho y concusión, y en general, siguen promoviendo sus malas conductas y la codicia propia de la ambición desmedida con opulencia y la riqueza. No han escatimado objetivos para expoliar al pueblo.

Últimamente con el uso libre de Espacios Vitales, que, como costumbre histórica, le quedaban al pueblo y empezaron a cobrar, civiles y gobernantes, para aumentar riquezas personales por ambas vías. Ya no es posible o se ha venido disminuyendo la posibilidad de ir al cine, hospital, comercio, despacho público o privado y hasta para ir al baño en muchos sitios de concurrencia pública.

La apropiación de Terrenos Públicos por gente con poder en áreas nacionales de playa y costas, como el Yates y Pesca de la Ave. Balboa, en Punta Paitilla, Coco del Mar, Costa del Este, o para hoteles en las mismas áreas o de Veracruz, lo que se extiende a toda la República. La explotación de recursos naturales del Estado en minas y puertos de manera indudablemente inconveniente para la nación y provechosa para los intermediarios y avaladores, que resulta en escasez de presupuesto para resolver las grandes necesidades irresueltas de nuestra población; lo que igualmente ocurre con el manejo y respeto del desarrollo urbano, en su planificación y desempeño, que agrede a los residentes de los barrios y acentúa problemas de servicios para la comunidad, como el tránsito, provisión de aguas, áreas de esparcimiento social, espacios para transitar vehicularmente de manera cómoda, pudiéndose también estacionar los vehículos sin dar paso al negociado escondido de la coima o la multa.

Toda esa gama de actos corruptos, lleva a la desesperación cuando los encargados de vigilar o velar por cuenta del Estado por el buen servicio al público en el sector privado, en cuanto a: seguros de salud y hospitalarios, de autos, o cualquier otra clase supervisada por el Estado, como costo de alimentos y gasolina, olvidan su posición de resguardo social y asumen la función de halagadores y obsecuentes amigos de los prestatarios vigilados, a fin de cuidar su futuro empleo o de tener opción a alguno, con ellos por limitarme a pensar solo en esta explicaciones de sus conductas.

No se ha cumplido ni se está interpretando, en toda su gravedad, el clamor de nuestros pueblos. Estos reclaman que se cumpla la libertad, que entrañó la independencia de España y la justicia social que hace asequible alcanzar “la búsqueda de la felicidad”.

Ex procurador general de la Nación.
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