• 23/09/2021 00:00

Reino de Marruecos fortalece democracia con elecciones generales

“Estas elecciones traen buenas noticias no solo para Marruecos. Son un motivo de esperanza para la paz y el desarrollo del mundo árabe-musulmán”

El 8 de septiembre pasado ha sido un día histórico y decisivo para el pueblo marroquí, que ha sido llamado a las urnas para unas elecciones generales (que se celebran cada cinco años) y ha ejercido sus derechos cívicos con orden, disciplina y total transparencia, tal como lo notificaron los observadores nacionales e internacionales.

Día histórico, porque, por primera vez, se realiza un triple escrutinio (legislativo, municipal y regional) al mismo tiempo. Día decisivo, porque, a raíz de los resultados de las urnas, cambia la jefatura del Gobierno: al jefe de Gobierno actual (Saad Eddine El Othmani) lo sustituye Aziz Akhenouch, secretario general del partido RNI (agrupación nacional de independientes). Conforme a lo que estipula la Constitución, el jefe de Gobierno, nombrado por el rey, es del partido más votado y que consigue más escaños en el Poder Legislativo.

Respetando el calendario institucional establecido por la Carta Magna, y pese a la difícil coyuntura de la pandemia de la COVID-19, estas consultas se desarrollaron en un ambiente pacífico con un gran compromiso de la ciudadanía y un espíritu de sana competencia entre los candidatos de los diferentes partidos. En aras de preservar el calendario electoral, las autoridades han desplegado muchos esfuerzos para hacer respetar las medidas preventivas contra la COVID-19.

La apuesta era grande para todos, ya que más de la mitad los18 millones de electores potenciales participaron en estas consultas y 32 partidos políticos presentaron sus candidatos para renovar la administración de las comunas, municipios y regiones y elegir a los diputados en todo el territorio marroquí.

Asimismo, 4500 observadores, nacionales e internacionales, han monitoreado las elecciones. Cabe señalar que, para garantizar la mayor transparencia de la contienda, en cada colegio electoral, estaba presente un observador representante de cada uno de los partidos políticos participantes.

Hay que destacar también que la tasa más alta de participación de los electores (cerca de 70 %, superando con creces la media nacional de 50,35 %) ha sido registrada en las Provincias del Sur, consagrando, una vez más, el apego de la población saharaui a su madre patria, Marruecos.

Las aspiraciones del pueblo al cambio se han materializado en una mayor y significativa representación femenina, haciendo por ejemplo que tres de las ciudades más grandes del país, Rabat (la capital administrativa), Casablanca (la capital económica) y Marrakech (la ciudad más turística del país) van a ser administradas por mujeres alcaldesas.

De acuerdo con el proceso establecido en la Carta Magna, el jefe de Gobierno designado, Aziz Akhenouch, ha sido encargado por su majestad, el rey Mohammed VI, de conformar un nuevo gabinete ministerial. Actualmente, está entablando consultas y diálogo con los otros partidos políticos, con miras a constituir un Gobierno de coalición pluripartidista, que sea coherente y con un programa consensuado. Una vez aprobado por el rey, este Gobierno será investido, a mediados de octubre, por el Parlamento, con cuyo apoyo y confianza los ministros tomarán posesión de sus cargos.

Estas elecciones dan lugar a una auténtica alternancia democrática, poniendo fin a 10 años de Gobierno conservador del partido PJD (Partido de la Justicia y de la Democracia) con claro referente religioso. Conforme con el deseo y las aspiraciones del pueblo marroquí expresadas en sus votos por partidos del centro, el nuevo Gobierno será de cariz más modernista.

Así estamos escribiendo una nueva página en la historia de nuestra vida política, con un cambio sustantivo, operado dentro del respecto de las pautas democráticas y que rompe sin violencia con la etapa anterior, reforzando la estabilidad y cohesión del país.

Por su vitalidad democrática, Marruecos se afianza como una verdadera “Monarquía constitucional, democrática, parlamentaria y social”, consolidando el importante proceso democrático emprendido hace varias décadas bajo el liderazgo y visión modernista de su majestad, el rey Mohammed VI, pilar de nuestra nación vieja de hace más de12 siglos.

La democracia marroquí goza de buena salud. ¿Qué mejor manera de celebrarlo en 2021, con el aniversario de los 20 años de nuestra Constitución? ¿Y qué mejor manera de hacerlo con el resto del mundo, conmemorando el Día Internacional de la Democracia que se celebra cada 15 de septiembre?

Estas elecciones traen buenas noticias no solo para Marruecos. Son un motivo de esperanza para la paz y el desarrollo del mundo árabe-musulmán.

(*) Embajadora del Reino de Marruecos en la República de Panamá.
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