• 10/10/2021 00:00

La segunda vuelta

“Los politólogos deberán, […], revisar las bondades o perjuicios, […], de la “segunda vuelta”. Hay suficiente tiempo para tomar una decisión sobre este asunto […]”

En 1993, los miembros del Partido Solidaridad me honraron con la candidatura a presidente de la República. Tanto doña Mireya Moscoso, del panameñismo, como el Dr. Ernesto Pérez Balladares, del PRD, me ofrecieron la candidatura a vicepresidente de la República de ambos partidos.

Después de varias consultas con miembros del partido, consideramos todos, que, para preservar el partido, iríamos solos a la campaña política. Agradecí, por supuesto, el ofrecimiento generoso que me hicieron doña Mireya Moscoso y el Dr. Pérez Balladares.

El partido y yo consideramos que, aunque no tuviéramos alguna oportunidad de triunfar, recorrimos todo el país, acudimos a cuanto foro se hacía. Llegué a conocer bien al ser humano, con sus virtudes y miserias. Debíamos presentar, responsablemente, a la comunidad un plan de Gobierno; entre las propuestas estaban, principalmente, el Ministerio de Puertos (aéreo, naviero y terrestre) y la “segunda vuelta”. Trabajé muy duro en el plan, aunque sabía que iba a perder. Los otros seis candidatos, cada uno de ellos, trabajó arduamente en sus ideas.

Panamá era, y sigue siendo, uno de los pocos países que no tiene en su sistema electoral la “segunda vuelta”. Pensaba que la “segunda vuelta” evitaría que llegara a la Presidencia una persona que no contara con un mayoritario apoyo electoral. Solo, en épocas modernas, tuvo don Ricardo Martinelli, un 63 % de los votos. Los candidatos que triunfaron en los comicios no lograron obtener un porcentaje de respaldo mayoritario.

Todos los políticos y las autoridades nacionales manifestaron que la “segunda vuelta” era un asunto que exigía reformas a la Constitución. Me estrellé contra un muro de negativas.

El asunto de la “segunda vuelta” es un tema que ha preocupado a los conocedores de nuestra política, en especial a muchos abogados. Algunos de ellos han declarado públicamente que la “segunda vuelta” no necesita ninguna reforma a nuestra Constitución. Varios de ellos manifiestan, con mucha propiedad, que lo único que se necesita para que forme parte del proceso electoral es que el Tribunal Electoral, en su reglamentación de las próximas elecciones, incluya la “segunda vuelta”.

El prestigioso comentarista Juan Carlos Tapia, en un programa reciente, dio una serie de interesantísimas razones por las cuales es necesario que en el reglamento electoral se incluya la “segunda vuelta” y la efectividad que ella ocasionó en muchos países. El señor Tapia influye mucho, con la autoridad que tiene, en la opinión pública. Es bueno analizar todos sus planteamientos.

Los politólogos deberán, en las próximas semanas y meses, revisar las bondades o perjuicios, si es que los tiene, de la “segunda vuelta”. Hay suficiente tiempo para tomar una decisión sobre este asunto de gran importancia para Panamá. Sin embargo, es excelente el momento en que se dan reuniones entre los miembros del Tribunal y los diputados, para presionarles con el tema de la “segunda vuelta”.

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