• 13/11/2021 00:00

Las incongruencias en la Lotería Nacional

“El negocio de los chances “clandestinos” siempre existirá, mientras los billeteros sigan rebuscándose a costillas del panameño de “a pie” con el detestado “one-two” o, acaso, ¿ esto es difícil de entender?”

Ha quedado claro que la Lotería Nacional dejó a un lado su carácter de beneficencia para convertirse en un bastión o botín político de un partido político en particular. Y da la casualidad de que es la misma agrupación política que ha estado en el poder como un “aliado conveniente” de último momento.

Algunos altos funcionarios, según billeteros denunciantes, se quedan con libretas de lotería y ponen a venderlas a círculos íntimos, quienes les reportan ganancias en las mismas, dejando por fuera a muchos “humildes vendedores” que sí dependen de este oficio para vivir.

Sobre el reciente escándalo de los premios pagados por el Gordito del zodiaco salieron a relucir algunos “modus operandi” para garantizar el reparto de premios entre personas muy cercanas al director (a) de esta institución, que dejaron a la ciudadanía con la boca abierta, en especial a los panameños que no sabían que en esta entidad, desde hace muchos años, funcionaba esta manera de hacer riqueza y “rebuscarse” en detrimento del sueño de muchos.

Las denuncias hechas por un exfuncionario de la Lotería Nacional, en las cuales explicó cómo se repartían los premios con los billetes que eran devueltos y no eran destruidos hasta que jugara el sorteo, quedaron en “saco roto”. Solo bastó hacer un “show” en el cual funcionarios de la Contraloría hacían una especie de inventario e investigación interna para determinar que el manejo de la Lotería con los premios era prístino.

Recuerdo muy bien que el denunciante mencionado había declarado ante los medios de comunicación que algunos funcionarios cercanos a la Dirección de la Lotería compraban casas y autos nuevos en cuestión de meses sin que su salario se los permitiera. A esta denuncia jamás se le dio una respuesta por parte de las autoridades judiciales y todo quedó reducido a un asunto de rivalidad política entre miembros de un mismo partido por controlar la dirección del mismo.

En Panamá, existe ya una vieja excusa para justificar la procedencia dudosa de ciertos bienes por parte de funcionarios y la misma queda reducida a una “persecución política” y como dato curioso, luego de esta cortina de humo, al final las investigaciones quedan archivadas como tantos casos escandalosos en Panamá.

La reciente protesta de funcionarios de la Lotería por un bono que se les debe hace tiempo dejó muchas denuncias a flote que ya los panameños conocemos hasta la saciedad. Las quejas tienen por un lado un punto a su favor y es el hecho de que muchos colaboradores de otras instituciones han podido cobrar sus bonos y también existen tratos preferenciales para algunos y para otros no. Ante la avalancha de denuncias por este hecho, a la Contraloría General no le quedó otro remedio que llegar a un acuerdo con los protestantes, lo cual abre una puerta para que otros funcionarios, incluyendo a las universidades estatales, también reclamen su bono navideño, en un país que tiene una secuela seria de desempleo como producto del enorme desempleo que dejó la pandemia.

Una vocera de los inconformes de la Lotería Nacional se siente satisfecha con la respuesta del Gobierno en el pago del bono, pero a la vez aprovecha para hacer denuncias por la venta de chances clandestinos por parte de algunos comerciantes chinos, lo cual, según ella, va en detrimento de las ganancias de la Lotería; sin embargo, no se menciona que muchos billeteros siguen vendiendo chances y billetes con el famoso “one-two” y casados, lo cual constituye una práctica corrupta que ya tiene mucho tiempo de estar operando, sin que ningún Gobierno le pueda poner este cascabel al gato.

La funcionaria de “marras”, al parecer tiene la línea de la Dirección de la Lotería, pero lo que la misma debe entender es que no se puede criticar malas acciones cuando “tu casa está en desorden”. El negocio de los chances “clandestinos” siempre existirá, mientras los billeteros sigan rebuscándose a costillas del panameño de “a pie” con el detestado “one-two” o, acaso, ¿ esto es difícil de entender?

Sociólogo y docente.
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