• 02/12/2021 00:00

La juventud panameña y el diálogo rebelde

“Todo tiene solución, si utilizamos la unión de viejas experiencias con un pensar joven”

“Se es viejo, cuando dejamos de ser rebeldes”, autor anónimo.

En el devenir histórico de nuestra nación, existen presencias juveniles que, pese a represiones, fueron el acicate determinante para alcanzar el resultado deseado. Anotemos algunos ejemplos: la lucha inquilinaria de 1925, Acción Comunal-1936, El rechazo al Tratado Filós-Hines, Contra la represión militar-1958, la reforma universitaria y la gesta gloriosa del 9 de Enero de 1964.

Surge, entonces, una obligada interrogante: ¿existe esa conciencia de rebeldía del ayer en nuestra actual juventud?

Invitándonos a un debate para despejar esa interrogante, mi respuesta es NO. ¿Por qué? Mi adelantada respuesta, que espera la tuya, es la siguiente: A partir de 1960 la oligarquía dominante, apéndice del imperialismo norteamericano, que contemplaba (¿?) a América Latina como su traspatio e insertado en la Guerra Fría, sorprendido por el triunfo de la Revolución cubana, desató hábilmente el llamado macartismo -nombre en honor a su creador, senador Joseph McCarthy-, con una estrategia desviasionista, lavadora de cerebros locales abyectos, para producir, mediante todos los medios informativos- formativos de comunicación, una conciencia alienada-enajenada; llegando hasta utilizar nuestro aparato militar para reprimir cualquier manifestación de rechazo a una injusticia. Decidieron calificar de comunista toda expresión que rechazara y propusiera cambiar el orden establecido; apoyándose previamente en la divulgación demoniaca de un comunismo inexistente en Panamá; creándose lo que humorísticamente se llamó “el cuco del comunismo”.

Recordar lo que fue el AID y la Escuela de las Américas.

Paradójicamente, desde 1970 hasta 1980, el dominio absoluto de nuestra fuerza castrense abre condiciones para que ese pensar juvenil, que no tiene edad y además pertenece a nueva organización grupal o institucional, sea incluido en diálogo-debate con propuestas que inducían para la creación-aplicación de nuevas estructuras de producción; mediante el diálogo con la consulta participativa. Recordemos una frase acuñada “quien más consulta, menos se equivoca”. El pensar juvenil fue incorporado a la estructura de Gobierno perdiendo autenticidad. Casos ejemplares fueron la Federación de Estudiantes, los asentamientos campesinos y las juntas comunales; los cuales se alejaron de la consulta participativa para caer en el caudillismo verticalista.

A partir de lo antes señalado, las fuerzas dominantes-hegemónicas de Gobiernos posteriores, prooligárquicos-capitalistas, sutilmente astutos fueron desalentado valores humanos con ideales para exaltar a quien se considera triunfador por acumular cantidades materiales. Vale más la cantidad que la calidad, en lo personal. Se impuso el individualismo-egoísmo-oportunismo aplaudido por corruptos amorales y el “vale más servirse que servir”. Se enfatizó en lo privado-comercial importador con abandono del servicio público-social. Descuidamos mirar hacia adentro por estar mirando hacia afuera. Por no exponer jóvenes proyectos de liberación frenamos la creación de arquetipos a seguir con una mente siempre joven.

Surge, entonces la interrogante obligada: ¿qué hacer?

Será un proceso muy extenso y difícil para reconstruir-construir un ser nuevo con el perfil adecuado a una conciencia siempre joven. Esfuerzo que debe concretarse a partir de la organización cívica o el apoyo institucional para crear-empoderar un organismo temporal que abra una consulta ciudadana hasta culminar en propuesta-ejecución mediante todas las instancias de la sociedad civil o de Gobierno que alentarán la creación de figuras organizadas con siempre -nuevos-coherentes modelos de relación de producción. Siempre el modelo de las relaciones de producción determina el tipo y nivel de la conciencia colectiva.

Entonces, y solo entonces, podremos rezar lo aplicado, así: “Este Gobierno, del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, jamás desaparecerá”, Abraham Lincoln.

Todo tiene solución, si utilizamos la unión de viejas experiencias con un pensar joven.

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