• 05/12/2021 00:00

Digitalización, clave para la inclusión financiera

|“[…] en Panamá, […], alrededor del 50 % de los ciudadanos todavía utiliza efectivo para realizar compras, pagar servicios públicos y concretar diferentes transacciones”

En Latinoamérica, la tecnología nunca tuvo un papel tan protagónico y transformador como durante el último año. Día a día, los acelerados procesos de digitalización fueron y siguen siendo el principal catalizador de cambio en la forma en la cual nuestras sociedades se comunican, desarrollan sus negocios, trabajan y adquieren productos.

Tanto organizaciones públicas como privadas desplegaron esfuerzos para subirse a esta ola de digitalización. Diversos Gobiernos y empresas han puesto en marcha mecanismos para aprovechar las nuevas tecnologías y convertirlas, así, en un vehículo para ofrecer a usuarios y consumidores productos cada vez más ajustados a sus cambiantes necesidades.

En esa ardua tarea, el sistema financiero de la región hizo lo propio. Los avanzados procesos de transformación digital de sus instituciones le permitieron adaptarse, progresivamente, a las nuevas exigencias de un mercado que viene demostrando que la rapidez y la eficiencia resultan claves en el desarrollo de canales digitales que permitan atraer nuevos clientes, digitalizarlos e incluirlos en el sistema financiero formal.

Dentro de la región, Panamá y sus entidades financieras son un importante ejemplo de esta transformación. Así lo demuestra el Índice de Inclusión Financiera (IIF), estudio impulsado desde el Grupo Credicorp (Perú) y desarrollado por Ipsos, con el objetivo de medir el uso, acceso y calidad percibida de los servicios financieros tanto en Panamá como en la región.

Este estudio, que incluye 1200 encuestas a ciudadanos panameños y mediciones similares en México, Colombia, Ecuador, Chile, Bolivia y Perú, evidencia el significativo avance en materia de digitalización alcanzado por Panamá. Así, el IIF refleja, por ejemplo, el creciente uso de las billeteras móviles y los aplicativos celulares de las instituciones financieras, que ya alcanzan a un 62 % y 67 % de la población panameña, respectivamente.

En un entorno como el que deja la pandemia de la COVID-19, marcado por usuarios que buscarán prescindir cada vez más del efectivo, el uso de estas herramientas digitales jugará un rol preponderante en la construcción y crecimiento de los ecosistemas de pago. Y es ahí donde nuestros países todavía muestran oportunidades de mejora.

Prueba de ello es que, incluso en Panamá, el país con mayor avance en digitalización de la banca consignado por el IIF, alrededor del 50 % de los ciudadanos todavía utiliza efectivo para realizar compras, pagar servicios públicos y concretar diferentes transacciones. Y es precisamente para esas personas para quienes la tecnología y los canales digitales tienen el poder de convertirse en la puerta de entrada al círculo virtuoso del sistema financiero. Un sistema que, a través del acceso a diversos servicios y productos, puede permitirles mejorar el potencial de sus ingresos, alcanzar nuevos mecanismos de ahorro, promover el desarrollo de sus negocios y mejorar el manejo de sus riesgos financieros, entre otros beneficios.

Impulsar ese primer paso es un reto clave para las instituciones financieras. Hoy, estas tienen la oportunidad de convertir la creciente digitalización mostrada por usuarios como los panameños en un potente vehículo de inclusión financiera.

Y, en esa tarea, mejorar de forma integral la experiencia de los usuarios y extender sus beneficios a la mayor cantidad de ciudadanos serán pilares fundamentales tanto en la presencialidad como en la virtualidad. Todo ello a fin de continuar dinamizando nuestras economías e incluyendo a cada vez más personas en la indispensable formalidad.

Abogado y comunicador.
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