• 17/12/2021 00:00

Minigolpe 69: ¿cómo habría sido la historia?

“¿Qué secretos anímicos tuvo Torrijos para ganarse el apoyo de tantos talentos de distintos colores ideológicos?”

Muchísimos nacionales ignoran la vital repercusión histórica del audaz retorno desde México del general Omar Torrijos, y el real inicio de su liderazgo a partir del 16 de diciembre de 1969. Ignoran aún más cómo “ese dictador militar de una banana republic” -en increíble metamorfosis- se torna luego en innegable estadista que dirige nuevas acciones, dignifica las capas medias y bajas, y planta un semillero de nuevas generaciones sociales. Reconociendo las represiones y violaciones de derechos humanos -innegables, en el primer tiempo posgolpe militar- y teniendo constancia de que del 11 de octubre 68 hasta mediados de febrero 1969, el mando militar lo ostentó el coronel Boris Martínez, castrense cerrado y ser temperamental, que lucía dos granadas, una en cada bolsillo de su uniforme. A partir de su arresto, junto a su cofradía íntima, y envío en avión a Miami donde aún está, Panamá y los detractores de la dictadura comienzan a sentir más aire.

Tomado el mando real, Torrijos enriquece, como nunca antes, su alto equipo de Gobierno con la suma de las credenciales intelectuales y técnicas más altas que registra un régimen en nuestra historia. Omar, en mi opinión, -y fue su mayor secreto- fue volviéndose, con humildad, un alumno de brillantes cerebros nacionales, entre los cuales rescato a Diógenes De la Rosa, Jorge Illueca, Reyna Torres de Araúz, Alfredo López Guevara, Nicolás A. Barletta, Rómulo Escobar, Hernán Porras y Edwin Fábrega, entre otros que fueron luego relevos de Gobierno. ¿Quién puede dudar de tales mentes, que aceptaron dar sus aportes a Panamá, pese a ser dirigidos por “un dictador”? Conocían que fueron convocados solo para altas tareas nacionales. Debo colegir que aceptaron laborar al lado del militar, luego de confirmar su total independencia de criterios, libertad absoluta de expresar sus opiniones, además de calibrar las intenciones de Omar de trabajar por Panamá, sin intenciones de beneficios personales -la antípoda de lo que tenemos en nuestros 30 años de “demosgracia”-. Torrijos aseguraba, además, la ausencia del sectarismo corrosivo, de izquierdas o derechas.

¿Cuál habría sido la historia nacional si los coroneles golpistas de diciembre 69 logran dejar a Torrijos exiliado en México? Interrogante sin respuesta objetiva. Sin embargo, Omar mostró hasta la saciedad que logró transformarse gradualmente de simple “dictador militar tropical”, hasta un “dictador, confeso y converso, pero un fenómeno irrepetible en América Latina”-, como lo retrató el innegable estadista español Felipe González, hasta “poseedor de una intuición sobrenatural”, según opinión de Gabriel García Márquez.

Conocí de cerca a los militares golpistas de diciembre 69; participé militarmente a lo interno y cuartelario ese día 16 para eliminar sus intentos; actué tácticamente, junto al capitán Hermógenes Doens y oficiales y tropas de la Policía Metropolitana, en una contraofensiva para detener dicho golpe, arrestando a los jefes alzados, luego de tomarnos la Armería Central, al mando del capitán Pablo Garrido, esposando a los golpistas. Neutralizamos el apoyo militar que tenían los cabecillas Sanjur, Silvera, Araúz y otros, con apoyo de las Compañías de Fusileros de Panamá Viejo y Tocumen- que apoyaban hasta esa madrugada del 16 de diciembre el golpe.

Obviamente, Omar, luego de su audaz retorno aéreo y nocturno desde México a David (lo único con razón por su dramatismo con cobertura mediática) y luego que invalidamos las acciones en su contra en la Comandancia, pudo marchar sin contratiempos por la carretera Interamericana sin ningún peligro en su contra. Lo contrario -enfrentar a los golpistas- mejor posicionados y armados, quienes lograron el apoyo del Conep y convencidos los gringos, “que Omar estaba rodeado de comunistas”. Sin asegurar lo explicado, la suerte de Omar Torrijos, militarmente, habría sido incierta y seguramente desfavorable.

¿Qué secretos anímicos tuvo Torrijos para ganarse el apoyo de tantos talentos de distintos colores ideológicos? Ya lo explicamos antes. Así Omar logró escalar coordenadas internacionales, hacer conocer que existía un pequeño, pero estratégico país llamado Panamá, que era más que un canal con un enclave extranjero en su ombligo geográfico, y llegar luego a escalar los Alpes políticos mundiales, hasta convencer íntimamente al presidente Carter -el más moral de la historia política estadounidense- y arrastrarlo amistosamente junto a él, hasta firmar y luego ratificar los Nuevos Tratados Torrijos-Carter.

Destaco el egoísmo de dos presidentes nuestros recientes, que tomaron la champaña que puso a envejecer Torrijos, y que votaron en contra de esos pactos, y que brindaron tanto el 31 de diciembre de 1999, como en la inauguración de las nuevas esclusas. Ambos en discursos públicos, en actos de “enanismo moral” se negaron a reconocer méritos, y, hasta en un discurso en la OEA, uno de ellos habló mezquinamente de “los Tratados del Canal”, dando solo las gracias a Carter.

Finalizando, creo que hay que agregar en el “misterioso secreto de Omar”, poseer un extraño patrón psicológico -único para mí en gobernante alguno-: escuchar, escuchar, y escuchar, 95 %, y hablar solo al final, un 5 %, recogiendo todo lo necesario.

Hoy, al reconocer un nacional del nivel del Dr. Mario Galindo que “se equivocó al enjuiciar a priori a Torrijos”, creo que eso calla moralmente a una docena de “seres tipo monos aulladores” que aún siguen apaleando la memoria del mayor líder nacional.

Abogado, coronel retirado.
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