• 22/12/2021 00:00

Urge un agro eficiente y competitivo

“[...] fue una mala decisión de política de Estado abolir la Agenda Complementaria y el Programa de Competitividad, en 2009-2014 [...]”

Es inminente el incremento de los agroalimentos como consecuencia de la alza de fletes marítimos por razones mundiales y han subido los fertilizantes y otros agroquímicos.

En este escrito reitero que fue una mala decisión de política de Estado abolir la Agenda Complementaria y el Programa de Competitividad, en 2009-2014, que adecuaba al productor nacional para competir con quienes Panamá había negociados tratados de libre comercio (TLC) y haber usado los fondos por $150MM, financiados por el BID, para inversión en infraestructura pública, fue una estocada mortal al productor nacional de todos los rubros que hoy compiten en desventajas tecnológicas.

Consta en la Resolución de Gabinete N.° 17, del 8 de marzo de 2008, publicada en la Gaceta del 18 de marzo de 2008: “Que aprueba la incorporación y realización de actividades iniciales del programa de competitividad y apertura comercial mediante el programa de competitividad agropecuaria y su fideicomiso”.

Esas acciones impidieron la continuidad de políticas públicas que permitirían a los productores adecuarse a mercados más exigentes; ahora, sin preparación, están jugando en ligas mayores internacionales sin tener la capacidad técnica adecuada. Comparable a que estemos jugando en el Yanky Stadium “encutarrados y con manillas de lona”.

Esa acción y otras tienen a nuestro agro en bajos niveles de competitividad para exportar y ofrecer mejor calidad y precios al consumidor nacional. Ya que quienes tenían y tienen que transferir o extender esas tecnologías no pueden salir de sus oficinas, laboratorios, centros de investigación por no disponer de movilizaciones, combustibles, viáticos, y demás recursos para funcionar, pues, las grandes sumas presupuestaria, desde 2014, asignadas al MIDA, por más de $870 MM, para los inadecuados “subsidios” o “compensaciones” que son caldos de cultivo para los gérmenes de la corrupción a todos los niveles y formas. Por eso los vendedores de agroquímicos son los que diagnostican la plaga o enfermedad, especialmente en el cultivo de arroz y formulan el tratamiento con los productos que venden ellos al crédito, por eso somos el país de mayor consumo de agroquímicos “per cápita” de la región, como: Glifosato, (prohibido en el Estado de California y muy pronto en Europa). Es mejor: “¡enseñar al hombre a pescar que regalar el pescado!”.

Me consta que desde el inicio del presente Gobierno se estableció un plan de acciones para corregir esa danzas de dádivas, que son “pan para hoy, hambre para mañana”, participando como invitado, a reuniones donde se daban a conocer esas acciones. Pero, al aparecer, por la pandemia de la COVID-19, en marzo de 2020, todo varió; albergo la esperanza de que esa política del “Papá Estado” se termine en la próxima vigencia presupuestaria 2022. Trasladando las partidas para subsidios para funcionamiento del MIDA y otras instituciones del sector público agropecuario. Otra distorsión económica populista de gran daño al agro ha sido el control de precios establecido desde julio de 2014, algo que sería por un semestre ya va por siete años.

La ganadería se sacrificó, al subsidiar seis cortes de carnes que representan el 30 % del valor de una res en canal, sin tener compensación alguna como al arrocero de 7.50 por quintal y ahora 9.70. Ese sacrificio del ganadero de todos los niveles y especialmente al que es prestatario del Banco Nacional, cuyos créditos han caído a niveles de morosidad, fuera de lo normal. Solo le quedará al BNP rematar los potreros, especialmente en la región de Panamá Este y la provincia de Darién. Donde a partir de 2009 se colocaron préstamos a ganaderos sin tener experiencia en manejo de líneas de crédito garantizadas por avalúos del mismo banco con el solo interés de incrementar cartera sin asegurar el repago.

(*) Veterinario, ex ministro de Desarrollo Agropecuario y legislador de la República.

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