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- 25/02/2022 00:00
La comarca Kunayala revolucionaria
En 1998, el Parlamento nacional aprobó la Ley No. 29 del 12 de mayo para decretar cada “25 de febrero como el Día de la Revolución Dule” para conmemorar aquellas luchas históricas del pueblo kuna de 1925. No obstante, para los habitantes de la comarca todo el mes de febrero es propicio para conmemorar a través de diferentes eventos que se realizan.
Existen varias tesis en la Universidad de Panamá desde diferentes puntos de vista, lo que se fraguaba antes de las luchas para defender la cultura de un pueblo que estaba siendo avasallado por su propio Gobierno, desde la presidencia de Manuel Amador Guerrero hasta de Belisario Porras se registró una serie de eventos que hicieron que el pueblo kuna se levantara en armas.
Los dirigentes kunas trazaron estrategias, porque estaban preocupados por lo que estaba ocurriendo. En uno de sus escritos, la antropóloga Reina Torres de Arauz se preguntaba “¿fraguando qué?”. Se refería a una de las primeras reuniones que convocó el cacique Inabaginya para buscar la ayuda al exterior.
El norteamericano Richard Marsh, autor del libro “Los indios blancos de Darién”, menciona la iniciativa de Inabaginya sobre el gran congreso que realizó en Sasardi. El norteamericano señala que Inabaginya convocó un “impresionante congreso en donde los más respetados sailas de lugares distantes asistieron para defender a su tierra que estaba en crisis. Ina Pagina (Inabaginya) anunció su congreso de jefes en Sasardi. Todos llevaban grandes sombreros de paja, bastones de autoridad y se veían muy dignos y de carácter fuerte. Una similar situación explotaría a lo largo de la costa si él no hiciera algo al respecto” (págs.193, 194).
El padre Jesús Erice también menciona la realización de dicho congreso, en donde los más altos representantes de Colman y Nele Kantule participaron en los personajes de Iguanigdibipi y Olomaili, respectivamente. El primero, hombre de confianza de Colman, quien al final viajaría a EUA para negociar con los norteamericanos; el segundo, fue uno de los discípulos más sobresalientes de Nele.
El intendente Andrés Mojica había enviado una nota al presidente Belisario Porras, donde le señalaba las intenciones del cacique Inabaginya para llevar a cabo las luchas, que por eso quería encabezar la comisión. Mojica recorrió toda la costa de San Blas a bordo del barco El Norte, con el fin de conversar con el cacique. En la misiva fechada el 23 de junio de 1924 al presidente Porras, el intendente le informaba que: “Recibí información de persona sería de que Inapaquiña había llevado un congreso general, incluyendo a los Ságuilas con el propósito de que lo reconocieran como Saguila General de toda la Costa y fe de los indígenas no sometidos aun a las disposiciones del Gobierno Nacional y que a la vez se disponían a recolectar cierta suma de dinero para que Inapaquiña fuera en viaje a los Estados Unidos”. Después, el señor Gordón, jefe del segundo destacamento, le informaba al intendente que: “Yo tengo conocimiento de fuente segura que tal Inapaquiña, va a los Estados Unidos de América, con el propósito de hablar contra Panamá, y me parece que usted debería ponerle este asunto en conocimiento al Dr. Porras, porque ese no conviene que pase”.
Sobre este acontecimiento, la doctora Araúz destacó que, por la “fermentación política” que se vivía en ese momento, el Gobierno al final le negó el permiso a Inabaginya para viajar. Por eso, aparte de acompañar a los albinos para los estudios científicos, su intención también era otra: buscar apoyo de las autoridades de la primera potencia del mundo.
Después de los sucesos, algunas autoridades reconocieron que se cometieron abusos por querer imponer las leyes. El mismo secretario de Gobierno y Justicia, Carlos L. López, el 2 de marzo de 1925, mediante una nota que envió al presidente Chiari, reconoció: “Es indudable que los indios no han sido tratados por las autoridades de la Colonia en la forma que aconseja el buen sentido. El Dr. Porras se equivocó de buena fe cuando dispuso que se obligara a los indios a romper bruscamente con sus costumbres seculares, a fin de que hicieran vida civilizada”.
Muchos años antes de la también llamada Rebelión Dule, los derechos de los pueblos indígenas fueron vulnerados, y por eso muchas vidas se perdieron, pero en su momento sus personajes ilustres como Inanaginya, Colman, el gran artífice durante las luchas, Inabaginya, Nele, Susu, Dinuidi, Niga, Olonibiginya, Iguanaisy, y tantos otros, que merecen ser reconocidos en su justa dimensión, alzaron sus voces para defender sus derechos.
A tres años de conmemorar el centenario de la revolución, varias preguntas surgen. ¿Se mantienen los ideales más sublimes de sus grandes líderes? ¿Qué tanto los pueblos indígenas han avanzado en cuanto a la educación, autonomía, tierras colectivas, idioma?
Pienso que las acciones de los dirigentes actuales deben estar siempre basadas en los ideales más profundos de amor a sus tierras y cultura que alguna vez legaron los grandes dirigentes del pasado.