• 04/07/2022 00:00

Nuestra actitud sigue igual disyuntiva

Hay científicos sociales que aseguran que ya somos un Estado fallido y la displicencia que nos enferma a muchos

Publiqué un artículo hace unos seis años con el título: “nuestra Actitud y nuestro camino”. A dos años de un cambio de gobierno y, para como están las cosas, me pareció oportuno volver a presentárselos.

Qué mejor tiempo nos ha tocado para estudiar las posibilidades del ser humano. Me opongo, muchas veces, a la actitud positivista de muchos que dicen que debemos enfocarnos en lo bueno y dejar de quejarnos de lo malo. Que esas quejas son negativas. Reflexiono sobre la gente que ha tenido que abandonar sus tierras en diversas partes del mundo y tirarse al mar en busca de mejores oportunidades. Son millones de personas y eso no podemos dejarlo a un lado y solo hablar de “cosas positivas”.

Peter Brook,  de  97 años, director de teatro, en una entrevista de Aurora Intxausti, publicada  en El País en el 2016 que: “Nadie sabe qué es el ser humano y las distintas posibilidades que tiene,  todos somos fragmentos, es como los rompecabezas para niños. Cada pieza es única,  pero importante para llegar a un conjunto. Los problemas profundos que tenemos son los mismos que  había  al principio de la humanidad y hace cientos de años”.

Esas  “distintas posibilidades”  que menciona Brook nos deben  llevar a reflexionar en que no hemos hecho lo suficiente por vencer los retos que nos amenazan; los que llevan a la gente a tirarse al mar en embarcaciones tan peligrosas,  como los desafíos que creen dejar atrás. Y los retos que no terminamos de enfrentar aquí, y que atentan todos los días contra el bienestar de nuestra población.  Tal vez el mayor peligro es nuestra propia parsimonia y el hecho de aceptar las condiciones actuales, ya sea criticándolas o hablando solo de cosas positivas. Sin embargo, desde ninguna de las dos posiciones se actúa con decisión.

Dice Aurora Intxausti que a Brooks  no le gusta ser etiquetado:  “Cuando la gente joven me pide consejo,  siempre les digo que no crean lo que oigan. (…) Vivimos una era en la que todo se etiqueta para vender. Ser el mejor es una etiqueta comercial…”.  Sin embargo, los embusteros, quieren vendernos los remedios de nuestros males. Y todos los días las cosas parecen empeorar.

En Panamá, los grupos politiqueros y los poderes económicos ya comienzan a etiquetarse para el 2024 con todas las promesas posibles. El gobierno igual a pesar de la realidad. En los Estados Unidos, su presidente anterior ha dejado al mundo boquiabiertos. El país que “lidera el mundo” quedó en manos de un individuo (bufón y  bulchitero  como decimos acá en buen panameño), y sus seguidores expertos en torcer la realidad según sea necesario.

Donald Trump es un 'bulchitero' de marca mayor y aquí en el patio tenemos los nuestros. Han desarrollado escamas en toda su anatomía que funciona como  una coraza contra las críticas y el desprecio de los que los señalan. Tienen una cara de puñete indiferente que lo aguanta todo, y nunca sienten vergüenza por sí mismo.  Timothy Egan del New York Times, dijo alguna vez que Trump:  “miente sobre sus mentiras”. “Lamentablemente,  a  muchos de los votantes no les importa si un candidato es un mentiroso patológico. Pero  a  la mayoría de nosotros debería importarnos”. Tanto allá o acá, o en Caracas, por ejemplo, esta humanidad, de supuesta superioridad a las sociedades que nos precedieron, le da espacios importantes a estos charlatanes y lo que han hecho es poner en riesgo nuestra seguridad colectiva.

Hay científicos sociales que aseguran que ya somos un Estado fallido y la displicencia que nos enferma a muchos, radica en que aunque el director Brook asegura que los problemas profundos son los mismos que teníamos al inicio de la humanidad, nos engañamos al creer que tenemos el nivel intelectual o una conducta superior para corregirlos.

Si lo  tenemos, no asumimos el reto histórico atendiendo solo lo positivo. Eso afecta las posibilidades de desarrollo y bienestar de los menos afortunados. Si puedes verte en un barco de emigrantes huyendo del terror y de la barbarie, entenderás que debes trabajar con afán para limpiar el miasma que enfrentamos acá. El camino hacia adelante no es indicativo de que vendrán mejores tiempos. Con la actitud que tenemos como colectivo, para el 2024 solo debemos esperar más de lo mismo y eso seguirá siendo peligroso para todos.

Comunicador social
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