• 24/02/2023 00:00

El mundo íngrimo del discapacitado

“Apoyemos al discapacitado, tenemos mucho que aprender de ellos”

Por alguna razón desconocida, la naturaleza le ha dado la espalda a algunas personas que han nacido con algún grado de discapacidad, no obstante, ellas tienen que continuar su lucha por la vida, muchas veces solas, otras con la compañía familiar o son llevadas a algún albergue.

La mayor limitación que tiene la persona discapacitada es que está sumida en una soledad, no tiene amigos o son escasos y, en ocasiones, los familiares la abandonan o no interactúan con ella. He visto a muchos, con gran espíritu de superación, saltar las barreras y avanzar, se han hecho profesionales útiles a ellos mismos, para no depender de otros, además sirven a la sociedad.

El Gobierno nacional ha creado la Ley 41 de 2003, que protege al discapacitado de los abusos cometidos por empresarios y funcionarios, porque esta ley contempla la protección del tutor para que no sea despedido de su trabajo y, a pesar de existir la norma, se conocen casos de funcionarios con mando y jurisdicción que, abusando de su poder transitorio, los han despedido o perseguido injustamente.

Lo que al hombre silvestre se le olvida es que la vida es un búmeran y que, si hoy están aparentemente sanos, en cualquier momento pueden pasar al mundo del discapacitado. También he observado a personas ignorantes mofándose de su situación o tomarse los estacionamientos destinados para ellos.

Si bien el Gobierno ha implementado algunos programas de ayuda económica para estas personas, lo asignado es muy poco y la burocracia para obtener este beneficio es mayúscula, valdría la pena que algún diputado o autoridad competente presente algún proyecto para mejorar los subsidios otorgados.

El Instituto de Rehabilitación Especial (IPHE) cumple una función importante de apoyo, pero se debe dotar de equipos modernos y ampliar los servicios que presta en capacitación informal y capacitar, a fin de que sus servicios tengan un efecto multiplicador. En ese sentido, Udelas presenta ofertas académicas y forma profesionales que prestarán un mejor servicio de apoyo al discapacitado.

La educación inclusiva en Panamá está regulada por la Ley 34 del 6 de julio de 1995, que permite a los alumnos con necesidades especiales insertarse en el sistema educativo regular dirigido por el Ministerio de Educación, la intención es buena, pero el docente debe tener la preparación científica y la vocación para atender a estos niños y jóvenes.

Me parece que aunando esfuerzos del Gobierno, las ONG y la empresa privada, se puede proyectar un plan para implementar talleres de profesiones prácticas donde los discapacitados puedan desarrollar sus talentos y trabajar para producir su propio sustento y no se sienta como una carga familiar. Sé que en la capital existen algunos de estos talleres.

Los que hemos tenido la oportunidad de trabajar con ellos, sabemos lo importante que sientan el calor humano y les permitan compartir sus alegrías y tristezas. Hago un llamado de reflexión para que el niño discapacitado no sea utilizado como una imagen que provoque lástima en la Teletón. La alta comisionada de los DDHH de la ONU se ha pronunciado al respecto, porque las intenciones parecen ser buenas, no obstante, se degrada la personalidad del escogido para tal fin, además las obras que dicen financiar son responsabilidad del Gobierno nacional.

“Apoyemos al discapacitado, tenemos mucho que aprender de ellos”.

Docente-escritor.
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