• 27/03/2023 00:00

Mi encuentro con el Kremlin

“Panamá tiene a cientos de marxistas de capa y espada adoctrinados por Moscú, que, por fortuna, ya se ven más viejos y “enclenques” que yo [...]”

Los ataques del Kremlin en Iberoamérica, para mí, comenzaron por allá en 1950 y han provocado la peor servidumbre de la historia, en Cuba primero, Venezuela, Nicaragua y por ahí seguirán si los dejamos. La Internacional Socialista y la Democracia Cristiana han sido las semillas prometedoras en ese terrible asalto y estafa a la humanidad.

En Panamá existen larvas influenciadoras en el PRD y en el Partido Popular, de manera que en el 2024 habría que escoger con pinzas quiénes y por qué nos van a gobernar. Entonces, mis venerables ancianos, considero que la mayoría de ustedes ha terminado por entender que los que tenemos por costumbre escribir bien, mal o regular todos los días, realmente nos convertimos en una plaga tenebrosa, necia e incapaz de callarnos lo que consideramos se debe decir.

Miren, a mí, la NOVOSTI (Casa del Gobierno moscovita) me abordó en 1970 y pronto me di cuenta de que esa agencia rusia llevaba su tiempo metiéndose hábilmente en Iberoamérica, principalmente en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Chile, Guatemala, Colombia, México y Brasil. En Panamá, aparentemente, el jefe era el escritor Ramiro Ochoa (q. e. p. d.), hermano de la poetisa Moravia Ochoa. Ramiro fue más intenso con su misión que los predicadores protestantes Testigos de Jehová, pues en un abrir y cerrar de ojos la pila de revistas marxistas regaladas por el amigo Ramiro superaban en volumen, peso y variedad a mis colecciones de años desde “pela'o” de pasquines de Tarzán, el Llanero solitario, Superman, Mafalda, Tom & Jerry, Micky Mouse, la Pequeña Lulú y Condorito, entre otro montón.

Todo lo que leía de los marxistas se derrumbaba en pedazos, porque, como para esos tiempos ingresaba a la escuela de Economía de la Universidad de Panamá, mis dos abuelas (una que no sabía escribir y la otra que fumaba tabaco virginio), me tenían sugestionado ferozmente diciéndome mañana, tarde y noche que los comunistas eran ateos y además, para más ñapa, ya yo era un furibundo admirador del estadista Winston Churchill, quien además de contagiarme a fumar habanos, me decía que ese personaje “Sir Winston Leonard Spencer Churchill” no podía estar equivocado en lo que decía, por ejemplo: “El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de la y la predica a la envidia, su virtud inherente es la distribución”.

Al menos creo que los panameños hemos visto a tiempo cómo el marxismo en Iberoamérica ha provocado que en los países en que ha colocado su autoritarismo no cesa el martirio, los quebrantos la falta de libertad y las injusticias con sus prédicas dirigidas engañosamente a los pobres, con mentiras creíbles al pueblo para mejorar sus calidades de vida, pero que, por lo visto, han dado como resultado en esos países la peor miseria y deserciones de la historia. Lo de Cuba no tiene nombre, lo de Venezuela tampoco y menos lo de Nicaragua.

Panamá tiene a cientos de marxistas de capa y espada adoctrinados por Moscú, que, por fortuna, ya se ven más viejos y “enclenques” que yo, eso no significa que no sean peligrosos para el futuro de nuestro país. Tanto el Partido Popular, como el PRD, son miembros activos de la Internacional Socialista financiada por el Kremlin sin el consentimiento de ninguno de los 750 mil perredianos que conforman el partido que era de Torrijos ni de los 100 000 populares que quedan. Da pena enterarse cómo los embajadores y espías rusos se reúnen en estos momentos tan aciagos con sus empleados de Latinoamérica.

Economista, escritor costumbrista.
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