• 28/11/2023 00:00

Los arreglos de Varela con Cortizo

Al inicio del gobierno de Cortizo, a pesar de las reiteradas acusaciones de lo mal que habían encontrado las finanzas públicas, inexplicablemente no hicieron ninguna investigación contra Varela o sus funcionarios

30 de octubre de 2016: triunfa el diputado Pedro Miguel González como nuevo Secretario General del PRD, venciendo al expresidente Ernesto “Toro” Pérez Balladares. González, apoyado por los diputados PRD que en masa lo respaldaron, y sobre todo con la generosa mano del presidente Varela, quien abiertamente le tiró la toalla en la contienda interna de su partido. Varela dudaba que, un hombre con carácter como el Toro, le dispensara un trato similar al de sus amigos diputados PRD. A través del MEF se canalizaron los fondos a la Asamblea para facilitar este apoyo, siendo el diputado Rubén de León, su presidente. El PRD se convirtió en una especie de espadachín del varelismo.

Rompen “el pacto de gobernabilidad” en enero del 2018, cuando los diputados PRD rechazan el nombramiento de las dos magistradas a la Corte Suprema propuestas por Varela. En venganza, según registran los Varelaleaks, el presidente pidió a sus ministros que rastrearan los nombramientos y contratos que tenía González en el gobierno y los cancelara. Lo mismo hizo el hermano diputado del presidente –Popi- con los contratos de González en la Asamblea Nacional, acusando a González públicamente de traidor y malagradecido, restregándole el apoyo recibido para ganar en su partido.

Ya los diputados PRD venían con una gran fuerza política dados los más de $400 millones que, desde tiempos de Martinelli, el PAN repartió entre los diputados, dándole también a sus “adversarios”, y que durante la gestión en la Contraloría General de Federico Humbert, nadie se inmutó en investigar. Humbert, con aspiraciones presidenciales propias, no quería importunar a los diputados, esperando contar con ellos en un futuro cercano.

Fue así como también se consolidó entre los diputados el verdadero poder en el partido de Omar, en la figura de Benicio Robinson - que en la campaña interna había apoyado a Pérez Balladares- convirtiéndose en el todopoderoso presidente del colectivo.

Al tomar posesión Varela, en julio de 2014, forjó lo que se llamó un pacto de gobernabilidad con el PRD –según justificaron- para impedir que Martinelli siguiera gobernando el país a través de la Asamblea. Atrajo al PRD, antes de que Martinelli lo endulzara de su lado. De ese modo les dio mayor poder a los diputados “opositores”.

Varela, contrario a la tradición de no meterse con su antecesor, por la inquina que tenía hacia Martinelli, alentó que se investigara su gestión. Numerosos ministros y funcionarios del gobierno de Cambio Democrático, incluido el propio Martinelli, terminaron enfrentando a la justicia en procesos judiciales que aún en la actualidad se siguen ventilando.

Varela, preocupado que lo investigaran a su salida del poder, respaldó en el 2019 dos candidatos que le cubrirían las espaldas: su sobrino Rómulo Roux y Nito Cortizo, convertido candidato, más que por sus méritos como líder, por el irrestricto apoyo de la mayoría de los diputados del PRD. Se especuló que el gobierno varelista aportó $2 millones a la campaña de Cortizo que habrían de recuperarse a través de notarías que supuestamente controló el expresidente tras abandonar el poder.

Eso explica con claridad lo que pasó después. Al inicio del gobierno de Cortizo, a pesar de las reiteradas acusaciones de lo mal que habían encontrado las finanzas públicas, inexplicablemente no hicieron ninguna investigación contra Varela o sus funcionarios. Nadie se tragó el espejismo del buen gobierno de Varela ante la ausencia de denuncias por parte de Cortizo. Funcionó el pacto de no agresión, dados los vínculos tejidos desde la Asamblea Nacional con el hermano del expresidente, el diputado Popi Varela.

Ahora buscan alternativas, sobre todo por la impopular candidatura de Gaby Carrizo, el escogido de Cortizo para que lo reemplace. Ya se ven candidaturas a diputados que gozan del apoyo de los partidos de Martinelli -RM y Alianza- y también del PRD. Antes de que se terminen de ahogar, procurarán buscar el salvavidas que pueda proporcionar Martinelli para mantenerse en el poder, sea o no candidato presidencial. Lo que se persigue es que, al igual que Cortizo tapó la corrupción de su antecesor Varela, alguien oculte todas las tropelías cometidas en este quinquenio y que superan con creces las de todos los gobiernos de nuestra historia.

Por eso la importancia de las próximas elecciones.

El país requiere, para su sanación interna, que todos los corruptos paguen con severidad y en forma ejemplar el enorme daño que le han causado. Así podremos construir un nuevo Panamá.

Analista político
Lo Nuevo
comments powered by Disqus