• 27/11/2008 01:00

Se busca presidente

Estamos acercándonos a la Navidad, época de ofertas de los nuevos modelos de muñecos presidenciables y con la avalancha de baratillos, p...

Estamos acercándonos a la Navidad, época de ofertas de los nuevos modelos de muñecos presidenciables y con la avalancha de baratillos, pareciera que la fecha de expiración del anterior modelo está por terminar antes de que comience a oler mal, descargarse, desmoronarse y que todos los compinches que nos los vendieron comiencen a negar responsabilidad.

Como es obvio un producto tan difícil de satisfacer las exigentes demandas del público consumidor es difícil de encontrar, pese a las exageradas ofertas de algunos conglomerados políticos comerciales que se empecinan en hacernos creer que lo que ofrecen llenará todas nuestras expectativas, aunque lo que están ofertando no tiene, ni cerca, nada que ver con lo que estamos buscando.

Se busca un producto que nos muestre en forma directa, sin titubeos, promesas o salpicaduras de saliva cómo solucionará los problemas.

Repito, para los comerciantes que no entienden, ¿cómo?, ¿de qué forma?, ¿cuándo?

También se necesita que el producto venga acompañado con un entendible manual de instrucciones, llámese Plan de Gobierno, de cómo se opera y cuáles son sus bondades y sobre todo para que se pueda exigir responsabilidades cuando el producto falle o resulte defectuoso.

Tiene muy poco valor o talvez nada, el que el producto se nos muestre realizando coreografiadas destrezas que en el ejercicio de sus funciones no nos sirven de nada.

El pegar bloques, arreglar veredas, cortar la grama, servir comida, hacer raspados, brincar la cuerda, escamar pescados o jugar bolitas y cuanta cosa imaginable común y corriente realizan las personas en sus menesteres cotidianos no tienen relación alguna con la habilidad para gobernar, muy por el contrario si estamos buscando a un experto albañil no lo escogeríamos, puesto que aquellos maestros del pegar bloques son los que toda su vida se han dedicado a esto.

El mostrar el producto en cuanta feria pueda darse, recorrer los barrios humildes para mostrar que puede pisar territorio humano sin desprenderse ningún pedazo, tampoco es garantía de que sirva. Se necesita elevar la calidad de las ofertas, haciendo públicas las especificaciones y no imaginando que nos comemos el cuento de que la fe ciega nos salvará de todo.

Una guía práctica para el escogimiento de un buen producto, es seleccionar aquel que no imite malamente lo que ya nosotros sabemos hacer para sobrevivir, intentando hacernos creer que con esto se pueden comprender nuestras necesidades y que el producto llenará nuestras expectativas, por el contrario, necesitamos un producto que nos muestre cómo podremos superarnos alcanzando iguales márgenes de ganancias de las tiendas de donde proviene el producto.

La aspiración de todos los compradores es que el producto nos ayude a ser igual o mejores, para lo que debe compartirnos, sin secretos, cuáles han sido las estrategias para el éxito que utilizan como muleta de propaganda.

-El autor es M. Sc. Administración Industrial.gperear@cableonda.net

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